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España España · Madrid
Voto de Charles:
7
Thriller. Comedia El detective Bruce Robertson (James McAvoy) es el detective de policía más maleducado, pervertido, misántropo y adicto a las drogas y al sexo de Edimburgo. A pesar de ello, Robertson quiere un ascenso. Claramente es la persona adecuada para el trabajo; el resto de sus colegas son idiotas. Desafortunadamente, ha habido un asesinato y el jefe de Bruce quiere resultados. No hay problema. Él está al mando y cuando resuelva el caso y consiga ... [+]
22 de junio de 2018
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Cómo mola ver a alguien en pantalla haciendo todo aquello que no harías en la vida real.
Tiene algo de catarsis contemplar a McAvoy esnifando hasta la última raya de coca que encuentra, mientras bebe como descosido y se gasta el acento irlandés más cerrado que hayas oído en tu vida.

'Filth, el Sucio' es una montaña rusa humorística cuya principal arma de destrucción masiva es su protagonista, y vive o muere por él, sin aportar mucho más por el camino.
Pero joder lo que aporta: un vistazo al submundo policial y criminal más ilegal, repleto de chupatintas imbéciles que se empeñan en no ver más allá de sus narices y cobardicas demasiado pendientes de un ascenso como para ensuciarse las manos.
De entre todos ellos solo sobresale él, el Inspector Bruce Robertson, que no tiene problema en cruzar la línea porque es tan escoria como los delincuentes a los que sigue la pista.

Pasa una cosa con las historias autocontenidas en las neuras de un solo protagonista: pueden hacerse plomizamente aburridas si no hay evolución alguna.
Por suerte, se diría que James McAvoy ha previsto eso, y cuando no está masturbándose por teléfono le pide a una menor que le haga una mamada por las molestias ocasionadas, sin que le tiemble el pulso en ninguna de las dos.
Y que maravillosa gozada puede ser ver la autodestrucción en tiempo real de una bestia interpretativa que encima tiene la consideración de regar con toneladas de carisma sus desventuras.

Claro que la autodestrucción solo es hasta cierto punto divertida.
Lo mejor de este festival de putadas y sobradas viene cuando elige darse cuenta de eso, y de pronto nos damos cuenta de que Bruce se estaba pelando el alma a corazón abierto.
El pobre cabrón no puede cambiar, le resulta imposible, ser algo mejor le costaría mucho más que aguantar la mirada en el espejo a ese cerdo en el que se ha convertido.

La diversión tiene un precio, y en el último minuto me doy cuenta de que, como espectador, me han vendido.
Nadie me dijo que, a veces, la redención parece el peor de los castigos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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