Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
2
Terror. Thriller Sara es una chica estadounidense que busca a su hermana gemela desaparecida en el bosque Aokigahara, a los pies del Monte Fuji en Japón. A pesar de las advertencias de todo el mundo para que no entre en el bosque, la joven acaba yendo para descubrir la verdad sobre lo sucedido y averiguar el destino de su hermana. Sin embargo, se tendrá que enfrentar a almas atormentadas y muertos que se aprovechan de cualquier persona que vaga por ese bosque. (FILMAFFINITY) [+]
22 de marzo de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El bosque Aokigahara se ha convertido en el escenario cinematográfico de moda.
Cuesta creer que semejante localización plagada de morbo haya permanecido oculta a los ojos de Hollywood durante tanto tiempo, hasta que en apenas unos años han coincidido casi tres o cuatro películas relacionadas con el tema, señal evidente de que da buenas ideas a guionistas sin ellas.
Claro que, como toda moda que se canibaliza rápido, surgen los pobres ejemplos derivados de no saber llevar a buen puerto una interesante premisa.

'El Bosque de los Suicidas', como ejemplo de esto último, es desoladora.
Apenas un débil hilo conductor de una turista americana, que viaja a dicho bosque para encontrar a su hermana gemela, sirve de excusa para encadenar sustos, a cada cual más estúpido y rastrero. Cuando la única excusa para provocar inquietud es que repente surja un energúmeno con subidón de volumen se puede averiguar fácilmente que no hay mucho donde rascar, pero empeora a medida que pasan los minutos porque alguien ha creído que nos interesa el drama de parvularios de la protagonista.
Diálogos inútiles se suceden, con el único objetivo de llevarnos cuanto antes al bosque y meter más golpes de efecto, poco importa que carezcan de coherencia interna.

Es la más pura demostración de que solo se ha vendido un concepto, y la cara bonita de Natalie Dormer: no hay historia, y todo depende de que el bosque nos sugestione lo suficiente como creer que estamos viendo algo terrorífico.
Ni siquiera es un "podría haber sido", porque ya era nada antes de empezar, apenas un mejunje de conceptos ultrasobados con ideas mil veces vistas, como la infaltable cámara de vídeo que guarda recuerdos felices bañados en luz suave y el inevitable trauma personal que arrastra desde hace años la protagonista, al que justo tendrá que enfrentarse cuando peor esté.

Si a los poco claros demonios de esto les atrae la tristeza, está claro que a algunos productores carroñeros les atraen los conceptos potentes.
Lástima que para unos y para otros, sin algo parecido a un guión es imposible que le den a Aokigahara la historia de terror que se merece.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow