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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Comedia. Musical. Ciencia ficción Unos extraterrestres aterrizan en la piscina del jardín de Valerie Dale, una mujer que trabaja en un salón de belleza en el Valle de San Fernando (California). A pesar de que su novio Ted no es muy aficionado al sexo, ella está a punto de casarse con él, pero sus planes de boda se enfriarán cuando uno de los alienígenas empiece a interesarse por ella. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2018
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Tuvo que ser una apuesta.
"¿A que no coges a tres mataos, les forras de pelo y les encierras en decorados rosa chicle mientras intentan ganarse los favores de una mujer insatisfecha sexualmente?
Ah, y que sea UN MUSICAL."
Probablemente haya que agradecerle a la coca el poder "disfrutar" de todo esto.

Era difícil encontrar un título más adecuado que 'Las Chicas de la Tierra son Fáciles'.
Literalmente, eso es lo único que se me ocurriría para poner nombre a una sucesión de sketches surrealistas bastante cachondos donde tres alienígenas aterrizan buscando encamarse con, como ellos las llaman, "mujeres calvitas".
Y esto podría haber salido horriblemente mal, porque podría no haber contado ni con Geena Davis como Valerie, ni con Jeff Goldblum o Jim Carrey como los visitantes espaciales (Marlon Wayans intentó que le pagaran sin haber actuado, con gran éxito).

Por suerte, es gracias a los muy sobrados actores que esta cosa se hace medio soportable, e incluso alcanza un nivel de tontuna fantástica que hace gracia por no tener ninguna verguenza: joder, que Geena Davis canta en picardías y peluca rubia, pero me creo su rabia por un marido infiel.
El homenaje a la ciencia ficción cincuentera también funciona, revertiendo a los monstruos del espacio exterior en maromos que buscan amor carnal, y dando una idea de la esquizofrenia vivida en ese Hollywood superficial que ya ni repudia lo diferente, solo lo ignora a no ser que sea atractivo y pueda follar.
Me creo que gente así puebla esa ciudad: entregada al culto al cuerpo, bronceada y hedonista, que soluciona tus problemas con una canción, una peluca y esa actitud repelente de comerse el mundo solo porque has cambiado el color de uñas.

Los extraterrestres multicolor acuden a la Tierra buscando justo eso, pero pasadas las noches de juerga la novedad caduca, porque es mejor amar a una persona por lo que es que por lo que finge ser (y Geena Davis lo tiene todo muy bien puesto y lo luce de escándalo).
Quizá los locos somos los terráqueos después de todo.
Los únicos que pensamos que un matrimonio infeliz puede durar si el sexo es bueno, los únicos que queremos cambiar la escultural figura de Valerie y los únicos que nos decimos demasiado poco "te quiero".

Tal vez por eso necesitábamos esto, un Jeff Goldblum dándonos el toque de amor que nos falta y demostrando que, tras años de temerlos, los alienígenas tenían razón.
También puede ser que no, pero a nadie le amarga un dulce tan recargado, que hay que verlo para creerlo.

Ahí va esta, por todas las criaturas que se quedaron sin sexo.
Y aunque las chicas de la Tierra parezcan facilonas, lo que pasa es que no hay nada como que los monstruos las lleven en sus fornidos brazos, tal como aparecían en aquellos pósters de los 50: en algún momento tenía que resolverse esa tensión sexual.
Charles
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