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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Romance. Musical. Fantástico Adaptación en imagen real del clásico de Disney "La bella y la bestia", que cuenta la historia de Bella (Emma Watson), una joven brillante y enérgica, que sueña con aventuras y un mundo que se extiende más allá de los confines de su pueblo en Francia. Independiente y reservada, Bella no quiere saber nada con el arrogante y engreído Gastón, quien la persigue sin descanso. Todo cambia un día cuando su padre Maurice (Kevin Kline) es ... [+]
18 de marzo de 2017
49 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volver a contar la más bella historia de amor jamás contada era una apuesta suicida.
La combinación de talentos y el contexto que alumbró la original no admite repetición, es uno de esos raros cometas cinematográficos que pasan una vez cada millón de años.

Sin embargo, ya ha quedado bastante claro que a Disney no se le caen los anillos por rehacer todos sus clásicos animados, con la consiguiente inversión en la nostalgia del espectador, que siente una necesidad casi desesperada de que le vuelvan a contar sus cuentos de infancia, solo que mas "reales", más "tangibles", porque parece que la madurez mata la capacidad de soñar que proporcionaba la animación.
No nos engañemos: esta moda, salvo excepciones, solo da lugar a breves y azucarados chutes nostálgicos, que serán comprados en pack junto a su muy superior reflejo animado, como un triste anexo rancio de fugaz éxito comercial.
Los descubrimientos ya están hechos antes de que se hagan estas versiones, los personajes ya se ganaron su mítica apariencia, y la magia de emocionarte con ellos ya fue experimentada.

'La Bella y la Bestia', versión 2017, no se aleja lo más mínimo de ese esquema, sin que deje de notarse en ningún momento que sus propios responsables sabían que no iban a poder estar a la altura del clásico.
¿La solución? Algo tan triste como agregar morcilla a una historia que no la necesita, que era perfecta en su simpleza y precisión.
Como si un músico empezara a tocar tu pieza favorita con todo lujo de detalles, y no parara de repetir tus partes favoritas, añadiendo notas fuera de lugar para intentar "hacerla suya".
Sorpresa, si está roto no lo arregles. Y si ya era atemporal, no te esfuerces en adaptarla a los tiempos.

Bella ahora necesita ser una mujer que se cuestiona constantemente todo lo que la dicen, cuando el dibujo de Glen Keane solo necesitaba un gesto para responder, o expresarnos lo que le pasaba por la cabeza.
Necesita charlar con este, con el otro, con el de más allá, para dejarles claro que es una mujer libre e independiente, en una maniobra que huele a actriz colando gazapos "modelnos" en un cuento que no ha entendido. Actriz, por cierto, tremendamente mal elegida para el papel, que interpreta a una Bella algo repelente con un preocupante fantasma de Hermione: gestos, poses y reacciones como si todavía estuviera en Hogwarts, o quizás no sabe actuar de otra manera.
Encima, se enamora de un HOMBRE fuerte cuyo único problema es ser algo peludo, porque aquella Bestia feroz e incómoda en sus intentos de socializar es sustituida por un buenazo que desde la primera escena ya anda erguido, nunca como un animal, y cita a Shakespeare como si el que Bella le enseñara a leer no fuera uno de los detalles más hermosos de la original.
Que en determinado momento se le ven PECTORALES y BÍCEPS a pecho descubierto por el amor del cielo, así de equivocada está la cosa a nivel de diseño.

Eh, pero queda fetén en todos los pósters e imágenes promocionales.
La gente se va a volver loca con las imágenes, soñando con el amor no tan imposible entre una chiquilla y un señor con colmillos que, oye, tiene pelazo Llongueras.
Eso es lo que es esta versión: imágenes, buscando recrear emociones que se presupone que deben recrear, consiguiéndolo a medias porque se necesita ser mendrugo para plagiar la original y no quedarte ni siquiera con algo bueno.
Pero igual que con eso han tenido especial cuidado, es con todo lo demás con lo que la han pifiado: la historia explica y sobreexplica, tirando de los diálogos eternos que mencionaba antes, creyendo que debe añadir algo a lo que no necesitaba expresarse con palabras.
Una dolorosa despedida o una muda recuperación ahora tienen propio tema musical, tan grandilocuente y horroroso como solo pueden serlo las cosas fuera de lugar.
Eso por no hablar del tema de Gastón o Bonjour, que privados de plasticidad animada se asemejan más a tristes imitaciones que gloriosas explosiones de ingenio.

No puedo quitarme la sensación de que todos los cambios vienen por las razones equivocadas, por parte de gente que no sabía qué estaba tratando.
Porque la gente que sí lo sabe se convierte en lo mejor de la función: Luke Evans abraza toda la gloriosa villanía cantarina de Gastón, a Kevin Kline se le nota comodísimo como padre de Bella, y Ewan McGregor e Ian McKellen se están divirtiendo tanto como Lumiere y Din Don que casi ni tendrían que haberles pagado.
(Dan Stevens hace lo que puede con los penosillos carácter y pintas de Bestia que le han dado, pero eso no te lo salva ni Daniel Day-Lewis)
Precisamente, el regalo, o milagro según se mire, viene esta vez por parte de los sirvientes del castillo: por la maldita manía de rellenar minutos (algo bueno tenía que tener) por primera vez apreciamos a esas pobres almas con forma de muebles, amigos y compañeros condenados junto a su amo, tan tristes por su destino como resignados a enfrentarlo, sobrellevando su existencia en un castillo solitario. Que también pedazo castillo, una auténtica maravilla de diseño natural, fluido y atrapante, erigido en medio del laberinto de un invierno perpetuo.
Casi que me enfadaría de que me llegue más el drama de la Bestia por sus propios secundarios que por él, sino fuera porque a Ewan, Ian y Emma Thompson les perdono lo que sea.

(Sigue en el Spoiler, sin revelar nada, si es que hay alguien que no se sepa la historia)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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