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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Romance. Drama. Fantástico Adaline Bowman (Blake Lively), nacida a comienzos del siglo XX, adquiere a los 29 años la eterna juventud tras un accidente. Tras años de vida solitaria y permanecer con la misma edad durante 8 décadas, conoce a Ellis Jones (Michiel Huisman), un hombre por el que podría merecer la pena perder la inmortalidad. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No vamos a engañarnos.
De entre las 'chick flicks' ha surgido últimamente una corriente, orgullosamente capitaneada por 'Cuestión de Tiempo' y 'La Mujer del Viajero en el Tiempo', que incorpora historias de ciencia ficción o fantasía a lo que antes era el simple y bonico romance entre dos personas.
Así que hay ejemplos de que se puede hacer, y bien.

Por lo que el problema de 'El Secreto de Adaline' (bastante génerico título respecto al original 'La Era de Adaline', más sugestivo) reside en que no aprovecha bien su vertiente más fantástica y se olvida en algunos puntos clave de ella.
Una mujer inmutable, y bella, por no mencionar inteligente, seguro que habría dado muchísimo más juego en toda la historia del S.XX como para que solo sepamos de ella, como bien avisa la narración "su último capítulo".

La vida de Adaline es una de pérdidas, por su condición inmortal, y por eso vive una vida superficial, parándose a vivir solo lo suficiente, aferrándose a recuerdos del pasado y teniendo como única ancla emocional a una hija que ya empieza a ser su madre (agradecidísimo papel que Ellen Burstyn elige enfocar como alguien con mucho sentido del humor al ver que tu madre tiene mejor tipo que tú).
Hasta que un día, como no puede ser de otra forma, se topa con alguien opuesto, que da demasiada atención a los detalles, e inmediatamente surge la chispa que despierta a su otra yo, dejando de ser esa mujer atrapada en una cáscara de frivolidad que se va de una lujosa fiesta cuando esta acaba de empezar, y llegando a pensar que algo puede, por primera vez, ser real en su vida.

Es fascinante ver esos lugares olvidados que Adaline vivió en sus mejores tiempos, dejando clara la naturaleza cambiante de un mundo que ninguno de sus habitantes debería ver desde fuera, como ella. Hay algo de cierta poética sobre el paso del tiempo, sobre que las noticias de hoy serán las notas a pie de página de mañana, y como incluso grandes eventos del pasado apenas son casi leyendas que no parecieron ocurrir.
Estaría bien haber visto a Adaline feliz, ríendo y despreocupándose por primera vez de su condición inmortal, para al final darse cuenta de que no puede huir de ella, y entender el miedo de su situación actual. Tan solo una de las miles de posibilidades que se me ocurren.

Aunque al salvamento de la historia acude Harrison Ford, que echa kilos de madurez a la nostalgia por un amor pasado, un desamor más bien, y su deseo de que una situación como la suya no se vuelva a repetir, otra vez.
Probablemente fuera ese amor el que Adaline vivió más intensamente, y aún así no queda claro por qué desearía separarse de él tan rápidamente.

Probablemente sean reflexiones inútiles sobre una historia que no aspira a ser más de lo que es, pero es algo que se siente mientras transcurre.
Como tal, solo es un cuento fantástico del siglo pasado, aunque uno muy interesante.
Charles
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