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España España · Madrid
Voto de Charles:
8
Drama. Romance Dos historias de amor independientes que se desarrollan en el popular barrio turístico de Tsimhatsui, en Hong Kong. La primera describe el fugaz encuentro entre un joven policía en plena crisis amorosa y una misteriosa mujer fatal traficante de drogas. La segunda se centra en el singular romance entre un solitario y sencillo agente de policia y la joven camarera del pobre bar donde aquél suele comer. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2020
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Encuentros dispares en Hong Kong.
Así se podría resumir 'Chungking Express', no estarías faltando a la verdad, y sin embargo apenas habrías rozado la superficie.
Lo que da valor, escalofrío, alma a esos encuentros son las miradas, los gestos, las voces entrecortadas, el girar la cabeza para esforzarse en que no se note; todo un universo de comunicación no verbal imposible de trasladar en cine.

Wong Kar-Wai, sin embargo, lo consigue.
Algo que tendrá que ver centrarse en vidas anónimas, plagadas del misterio de la calle, pero también hay otra cosa: tiempo, tiempo pasado, tiempo contemplado, tiempo navegado.
Lo esencial sucede cuando no hay nadie mirando, cuando todos se han ido y el último apaga la luz, bailando inadvertidamente porque esa persona le ha mirado levemente.
Literal, es como si Kar-Wai cogiera un pequeña perla de entre la rutina de mierda, y al recogerlas todas compusiera el collar que es esta película.

Los Mamas & the Papas, los Cranberries, atronadoramente suenan en la radio, resonando varias veces, conformando un paisaje musical que acaba haciendo de ese ruido de fondo casi un poema, cargado de doloroso y emotivo significado.
Es verdad, nunca las canciones suenan mejor que con sentimientos a flor de piel, con cada repetición hurgando en la placentera herida: si esta hubiera sido cualquier otra película, sonarían una sola vez, cuando tú sabes bien que la melancolía romántica rara vez deja tranquilo el botón de replay.

Las tardes casuales sin nada mejor que hacer, la soledad rellenada, las oportunidades perdidas, las tontas notas de papel que te niegas a tirar aunque cochambrosas estén... pónmelo para llevar, por favor.
En un mundo de corazones rotos, qué mejor antídoto que saborear lo que pudo caducar, y sin embargo por 10.000 años más podría acompañarnos.
Charles
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