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España España · Madrid
Voto de Charles:
5
Terror John Form encuentra el regalo perfecto para su mujer embarazada, Mia: una preciosa e inusual muñeca vintage que lleva un vestido de novia blanco inmaculado. Sin embargo, la alegría de Mia al recibir a Annabelle no dura mucho. Durante una espantosa noche la pareja ve como miembros de una secta satánica invaden su hogar y los atacan brutalmente. No sólo dejan sangre derramada y terror tras su visita…los miembros de la secta conjuran a un ... [+]
15 de agosto de 2017
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No hacía falta este anexo, por llamarlo de alguna manera.
La muñeca Annabelle ya hacía escalofriante acto de presencia en 'Expediente Warren', apenas un par de ocasiones, logrando que tuviéramos cierto reverencial respeto a la fuerza oscura que habitaba dentro de ella.
Y nada es más terrorífico que lo que se desconoce, o de lo que no se tiene pista sobre su alcance.

Pero el dinero manda, y 'Annabelle' existe.
Una peliculita modesta que tiene pocas buenas ideas, y mucha pereza por desarrollarlas.
Lejos de los Warren, el foco se centra en el matrimonio de Mia y John, pareja recientemente casada, de felices esperanzas futuras por el nacimiento de su hija.
Claro que no tarda en aparecer esa puñetera muñeca que ningún coleccionista con dos dedos de frente compraría, y cuya influencia maligna acabará amenazando la estabilidad de John y Mia, con esta última como principal recibidora de sus jugarretas.

Primero de todo, el contexto no es malo: nada mejor que un ama de casa del siglo pasado, con la presión añadida de ser madre y esposa perfecta, para desarrollar un sencillo vistazo a lo difícil que se vuelve la maternidad cuando tu marido duda de ti y el anhelo de una vida feliz parece más lejano que nunca.
Incluso la presencia de la muñeca evoca una perversa relectura de aquella tradición china por la cual una niña se deshace de sus muñecas al alcanzar la edad adulta: Mia decide confrontar sus miedos quedándose con la muñeca, y podría decirse que su presencia la impide cortar los lazos de una sutil dependencia de un pasado donde todo parecía más fácil.

Por desgracia, los hallazgos acaban ahí, y el resto son golpes de efecto de lo más barato, que más que asustar ponen de relieve el carácter poco currado del conjunto: oh, una presencia en la oscuridad, la infaltable niña siniestra, el subidón de volumen... no hay intento de sorprender e ir más allá de los límites, y hacer de los sustos algo tan común como una visita al dentista tiene bastante delito.
Si acaso, se salva algún truco de percepción curioso que amenaza la hija que tanto quiere Mia, o la cada vez más siniestra y cenicienta cara de Annabelle, como una horrible mueca en la oscuridad de siniestras intenciones.

Es lo que pasa cuando tu maldición tiene como centro algo tan normalito como una muñeca: llega un punto en que dependes de sustos tan forzados que no impresionan, solo aburren y de paso limitan su aura de terror insondable.
Pero el nombre y la leyenda de Annabelle era algo que nadie podía desaprovechar, así que maldita muñeca, que daba ocasión de pluriemplearse lejos de los Warren.
Charles
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