Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Drama Tras acabar sus estudios, un grupo de íntimos amigos deben enfrentarse a los problemas y desafíos que plantea la vida. Por mucho que sus aspiraciones y sus nuevas relaciones sociales y laborales pongan a prueba su amistad, ellos se aferran siempre al cariño, a la estabilidad y a la seguridad que les da el grupo.
30 de noviembre de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las responsabilidades, se quiera o no, casi siempre golpean donde más duele.
Un "quedamos mañana, hoy tengo cosas que hacer" o un "a ver cuándo nos vemos" van dejando, gota a gota, día a día, una especie de capa dura de adultez, que atrapa al niño que todavía quiere jugar y divertirse.
Y, sin darnos cuenta, acabamos preguntándonos qué fue de ese niño.

'St. Elmo, Punto de Encuentro' es un relato de esa madurez mal administrada.
Seguimos sin saber tratar ese último escalón antes de ser adulto, con las preocupaciones del trabajo, el novio o la novia, la casa o el estatus social sin ser la respuesta de nada.
Tan solo los amigos, en el mismo lugar que nosotros, siguen siendo quienes eran, nos aferramos a ellos frente al mundo que cambia, nos aferramos a ellos como únicos tótems guardianes de nuestra juventud.

Más de uno se puede ver reflejado en esas quedadas continuas en el St. Elmo Bar, resultado de no querer cambiar y ser lo de siempre, cada vez importa menos dónde se quede con tal de que se quede.
También están esas reuniones tras años sin verse, que derivan desde el inicial entusiasmo hasta el absoluto hastío, y las más de las veces dejan un sabor amargo, de que no se debería volver a según qué lugares o sentimientos.

Los años pasan, la ilusión también. Y solo uno mismo puede ir renovando esa ilusión.
De ahí que en el grupo de amigos haya muchos que todavía quieran tratar de revivir un viejo amor, o conseguir uno nuevo. La única diferencia entre dos actos, la por fin definitiva conquista del obsesionado con una amiga durante años, y el acto de valor de otro que por fin consigue un beso de su amada segundos antes de inmortalizar su momento, es que uno tendrá consecuencias desastrosas, y otro quedará en la memoria como recuerdo imborrable, pero ambos están impulsados por esa misma ilusión mezcla de metas no cumplidas y carpe diem.
Incluso mostrando que eso no es definitivo, que todo puede sanar y que, en fin, cuando se es joven se hacen muchas tonterías.

Solo queda aceptar que se crece, y que no hay marcha atrás.
Que hasta vuestro hueco del bar también desaparecerá, engullido por otros jóvenes con otras ilusiones. Pero la amistad, esa permanece, por muy dañada que haya estado.
El "quedamos mañana, que hoy tengo cosas que hacer" también puede ser promesa.

Todo consiste en aceptar un: esto también pasará.
Recordar que es inútil, como siempre nos afanamos, en poner límites al amor, en medir la amistad, conservar siempre la misma ilusión. Pero, si somos afortunados, siempre podremos contar con las personas que nos enseñaron a vivirlas intensamente.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow