Así es, lo único que va a legar esta mediocre película, la única razón por la que será recordada, es porque la apariencia del muñeco titular en el primer tráiler era tan terrible que la productora "pidió disculpas" públicamente, y retrasaron la fecha de estreno para corregirlo.
De los infinitos becarios de efectos especiales que echaron horas extra, las pérdidas en contratos de merchandising y el ridículo general que puede acarrear algo tan simple como saber diseñar en lo que trabajas que hablen los que más sepan del tema.

El caso es que 'Sonic, la película' se entiende perfectamente cuando se piensa en el diseño original.
Porque lejos de intentar emular la diversión y la locura que hay en cualquier videojuego del erizo, lo que han hecho los responsables es transplantar a Sonic al mundo real, y hacer la típica tópica historia genérica en la que un matao se encuentra con criatura extraña y le tiene que ayudar a recuperar un mcguffin, solo que con muchísima menos gracia de la que pretende.

No hay hilo general más allá de una persecución con urgencia nula, está a un diálogo de ser una serie de sketches mal pegados, y cada vez que sacan la idea de "jo, quiero hacer las cosas de mi lista" me da un cabreo tremendo de pensar en el guionista de una peli de 200 millones tocándose los huevos a dos manos.
James Marsden a estas alturas es que ni me enfada, solo me da pena que le den papeles tan inferiores a su carisma y presencia (que la tiene, la verdad, enterrada en las mejores reacciones de la peli).

Afortunadamente, llega la estrella, el grande, el campeón de la Humanidad con todas las letras.
Jim Carrey trabaja en la nada más absoluta, y se las apaña para llenarla de mil cosas.
No hay quien le pare, es un torbellino unipersonal de ocurrencias que consigue levantar cada minuto en el que está, y durante gran parte de la historia consigue dar la impresión de que existen dos películas separadas: la guay en la que está él, y el soberano plomo en que un erizo azul y matao comparten viaje en coche (otro tópico rancio de estas películas infantiles).

Jim, te echamos de menos.
Vales más que para ser telonero de un personaje de videojuego.

El mensaje último acerca de la amistad y no sé qué leches sobre familia (como no) suena tan artificial y salido de la nada que casi puedes visualizar a los responsables estrujándose la cabeza pensando: "¿y de qué puede ir la peli?".
Para entonces, tu interés estará tan muerto que lo único que podrás pensar es dónde está la salida.

Eh, pero qué bien luce el erizo, como mola que ahora parezca el muñecote del videojuego.
Bravo.
Éxito.
De verdad.