Pasan los días y no me quito de la cabeza "Punto límite", una película capaz de meterte el miedo en el cuerpo pese a ser esclava de su tiempo. Es sabido por todos que los de un lado y los de otro estuvieron muy cerca de liarla, es sabido por todos que de haberse producido un enfrentamiento bélico entre ellos, muy probablemente, nosotros, que somos terceras personas en la conjetura, no estaríamos ahora en el presente actual. Sidney Lumet filma el drama de una situación que en parte es política ficción y en parte es un aviso, ya que dentro de su contexto no era ninguna estupidez plantear lo que se plantea en su película.

Para mí es un diez, con lo caros que son a veces, lo difícil que es ponerlos. El estilo de Lumet me encanta, con sus primeros planos, con el uso que hace de sus escasos medios. Las escenas que tienen lugar con el presidente Henry Fonda de protagonista son una maravilla: apenas una mesa, un teléfono y dos actores. El presidente le pide al traductor que además de traducir tiene que interpretar los tonos de voz de los rusos. La tensión está medida al milímetro y dosificada de forma ejemplar. Hay varios contrapuntos que sirven para ejercer su fuerza: Walter Matthau (al que casi se le ven los cuernos y la cola del demonio) y quienes le rodean por un lado; los militares desde el centro de operaciones; los pilotos en su espacio reducido (primeros planos de nuevo únicamente). Para mí saber conjugar tan bien estos elementos es de diez.

Y luego está el final claro, según qué decisiones que se toman de las que no hablaré y cierta crítica por la tendencia que teóricamente implica. Yo al llegar al final ya estaba convencido de que "Punto límite" es una película enorme. Mi satisfacción merece la máxima puntuación, pese a que la hipertensión que me ha provocado dura y dura... ¿Es inevitable hablar de la película del mismo año de Kubrick?; ¿realmente son comparables? Alguien apunta que "Punto límite" es realmente la que quiso hacer Kubrick y no la patochada del teléfono rojo. Y no me extraña.