La clave para disfrutar mejor de una película de ciencia-ficción que se realizó hace tantos años es bajar la guardia. Nada más sencillo que aparcar la intransigencia y darle a nuestros ojos una mirada benevolente. Sólo alejándonos de la figura de crítico que todos los asiduos a FA adoptamos tan a menudo es posible ver "El enigma de otro mundo" y pasarlo bien, pasando por alto muchas situaciones seguramente vergonzosas. Con ganas de pasarlo bien es posible ver esta película y quedar satisfecho, y si se es un seguidor de los pioneros muchísimo más contento. Hablamos de principios de la década de los cincuenta, todo estaba por hacer aún y varias décadas antes de que Carpenter hiciera su remake un tal Howard Hawks hizo la original, como pudo, y no le salió nada mal.

Hawks en esto del cine ya había pegado unos cuantos tiros, así que dominando el ritmo y la tensión lo que hizo es algo descarado, necesariamente descarado. Para afrontar un tema bastante novedoso en esa época como todo lo referente a los seres extraterrestres se sube a lomos de la intriga y pone a unos cuantos personajes al límite de la supervivencia. Sé que en su época sería realmente la leche y que hoy ya no, pero sus menos de noventa minutos me han parecido más que aceptables. La historia de amor estará trasnochada y las apariciones del extraterrestre cochambrosas.... Hasta esos decorados de cartón-piedra serán lamentables para algunos.. Pero a mí estas cosas me encantan. Y aquí me quedo, ni siquiera me apetece ver la de Carpenter.