Pasará el tiempo y siempre habrá en cada generación alguien que se parece a ese Joe, al que vamos a conocer bien entrada la película y casi por casualidad, refunfuñando en la barra de un bar, rebosante en mediocridad y produciendo bastante grima. Si la película es buena, yo diría que notable o más, es porque todos conocemos a alguien parecido, alguien que se queja de todo lo que le rodea y le echa la culpa de los males de la sociedad a quien menos la tiene. No se quejarán del sistema, se quejan del mismo producto que genera la insana sociedad que, eso sí, sigue siendo la misma generación tras generación.

Ese Joe es un fulano de clase más bien baja y de derechas. No pasa nada por decir que Joe los hay a patadas, ignorantes, mezquinos, con unas limitaciones asombrosas y que sin embargo creen ser poseedores de la verdad. Por eso es tan buena esta película, pese a que permanece (y permanecerá probablemente) en el olvido, y es que ya tenemos a "Taxi driver" que pega igual de fuerte, es más conocida y todo Dios la ha visto. Joe es más cutre, más mundano y vulgar, es una película más escondida. Pero también brillante, porque su mensaje es brutal y porque hasta los fachas la ven y la reinterpretan a su manera.

Es cine inteligente capaz de cazar a cualquiera y hacer pensar hasta a una ameba, porque ¿quién no le daría de leches a un parásito traficante que casi acaba con la vida de una hija?; todos podemos imaginar, todos podemos pensar lo que haríamos. La ética y la moral. El sistema está podrido, pudre la fruta, pero la culpa es de las manzanas...