Cuando uno ya ha pasado por los grandes nombres de la Historia del cine japonés, es posible ver una película como "La puerta del infierno" con mayor perspectiva. No hablo sólo de los tres grandes nombres propios archiconocidos, Kurosawa, Mizoguchi y Ozu, y tampoco soy yo el que ha parido esta opinión. Pero es cierto, haber visto más cine japonés, más del que ha visto la mayoría, hace que la película de Kinugasa quede reducida a un juicio que no gustará a aquellos que creen que está próxima a ser una obra maestra.

Produce un deleite visual incuestionable, su gran colorido la hace especial, pero a nivel narrativo es demasiado simple. No voy a insistir más en compararla. Hay muchas películas ambientadas en el Japón feudal mucho más atractivas, y esta afirmación sólo la secundará el que lo haya comprobado. Está bien llevar la pasión hasta el límite, vivir y sufrir un final como el de nuestros protagonistas, lo cual considero su mejor y mayor acierto. Y ganó premios, y fue muy conocida y se distribuyó por occidente maravillosamente. Y entiendo todo ese clamor. Pero vaya, voy a repetirme y no quería hacerlo más: las hay mucho mejores.