Siempre he pensado que a la hora de tratar temas tan especiales como el que se toca en "Las vidas de Grace" el cineasta que se decide a dar el paso adelante tiene que tener la seguridad de hacerlo con la sensibilidad y el tacto adecuados, no sirve cualquier cosa. ¿Qué es esa temática especial de la que hablo?; ¿poner delante de las narices del espectador el resultado de alterar la vida normal de un niño o adolescente, con violencia, con abusos, por parte de adultos, no es un tema complejo de tratar?; mi idea de repulsión tiene que ver con esos abusos, el cine denuncia a menudo se pasa y nos ofrece en imágenes los hechos. Aquí no, aquí hay respeto, no tenemos por qué saber qué pasó...

"Las vidas de Grace" va a los resultados de esos agravios, va a las consecuencias en forma de vidas trastocadas, a los efectos en forma de emociones y sentimientos. Evita tratar con la morbosidad de conocer qué pasó, y considero que es un acierto. Ya conocemos la maldad, ya sabemos todo de lo que es capaz el ser humano, no hace falta verlo una vez más. La película triunfa en ese ámbito, rotundamente, a través de personajes que parecen reales, malditamente reales, a los que les tocó la mala suerte de sufrir un dolor imposible de olvidar.

Hay dolores que no se olvidan, ciertamente, a Grace y a todos no les queda otra que seguir adelante, pero lo curioso es que ella se entrega en cuerpo y alma para ayudar siendo ella misma quizás la que más ayuda necesita. El triunfo de la película es que pese a caer en los tópicos de siempre (sí, lo reconozco, entiendo que sea descalificada como telefilm) consigue superarlos y al fin y al cabo enseñar el dolor ajeno con respeto y delicadeza.

No es una película hecha para recaudar, es una película sencilla, es triste también, pero con esperanza gracias a un ´happy end´ que suele ser despreciado a menudo y que a mí me parece necesario y justo.