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España España · Madrid
Voto de Gonzalo:
4
Drama Estados Unidos, década de 1920. Clare es una mujer mulata casada con un racista blanco que se hace pasar por blanca, incluso ante su marido, para beneficiarse del estatus social y económico que les era negado a los negros en aquella época.
12 de noviembre de 2021
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frío debut de la actriz Rebecca Hall (The Town: Ciudad de Ladrones, Una relación abierta, Vicky Cristina Barcelona), en la dirección de su primera cinta "Claroscuro", a la que, sin duda, se le podían haber potenciado más y mejor sus virtudes.

En su primera experiencia detrás de las cámaras, la ahora ya también directora británica elige un poderoso blanco y negro para contar una historia intimista de dos mujeres en la América de los años 20. La narrativa, eminentemente dramática, se apodera de la historia desde sus inicios, y sin duda es el pilar básico de la película durante sus más de 90 minutos de metraje. Sin embargo, todos los elementos que en un principio se presentaban fascinantes y prometedores se terminan por desvanecer poco a poco, y la cinta termina por mostrar una historia que demanda a gritos ser contada con más alma, poniéndose de manifiesto este hecho en una dirección, que por momentos, resulta ser poco consistente.

Su mayor defecto reside en la sensación autómata que la sucesión de imágenes desprende. Todo lo que se pretende contar está ahí y se antoja cautivador, pero sin embargo el ritmo de la película hace que el espectador pueda verlo pero no sentirlo. Y la película aborda sentimientos. Y no unos cualquiera, sino que relata una relación opuesta de amistad de dos mujeres afroamericanas de principio de siglo y el conflicto generado por la distinta forma que ambas tienen de ver la vida y de enfrentarse a la sociedad que les rodea. Es por ello que el punto fuerte de la cinta es el efecto que está dualidad de personalidades tiene en las relaciones más cercanas del personaje principal, y la película se difumina al intentar narrar algo tan concreto y complejo, siendo las actrices las únicas que procuran mantener el ritmo de la trama.

En consecuencia con esto, la cinta pretende estar a la altura del conflicto que plantea y se presenta en un lúcido blanco y negro, reforzando así la sutileza de la historia con una sucesión de escenas pausadas y silenciosas que llegan al espectador casi en un susurro. Pero este hecho, que sin duda es la mejor baza del producto, tampoco es suficiente para conseguir que todo lo que las protagonistas sienten transcienda más allá de la pantalla, y por ello, en todo momento reina la sensación de que lo que está ocurriendo entre los personajes es mucho más importante e interesante que lo que la película logra llegar a transmitir.

Junto a la elegancia formal, la mejor virtud de “Claroscuro” son sus dos protagonistas. Ruth Negga (Ad Astra, Loving), presenta una actuación mucho más histriónica y extrema que la ofrecida en la cinta dirigida por Jeff Nichols que le hizo optar a un óscar en 2.017, y Tessa Thompson (Universo Marvel, Creed, El amor de Sylvie), muestra una actuación contenida y sobria en la confección del personaje principal, y sin duda confirma que es una gran actriz melodramática y que tiene fundamentos propios del cine clásico.

Es por todo ello que “Claroscuro” se queda muy lejos de explotar todos los recursos que tenía a su alcance, y termina siendo una cinta que muestra sus carencias con demasiada facilidad, dejando la sensación de que todas las virtudes que en sus primeras escenas se intuían no terminan de ser aprovechadas.
Gonzalo
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