Lo mejor: la revolución feminista defendida por la autora a partir de otra bien distinta (la guerra de secesión) se desarrolla pausada pero efectivamente hasta que cierto acontecimiento desemboca en una sutil planificación para restaurar la normalidad en un seno católico (y pecador como pocos al sucumbir con asombrosa facilidad sus integrantes ante la tentación carnal más lastimosa, valga añadir), momento en el que la contradicción argumental entra en escena mediante un devenir no exento de polémica (no tanto por su fatal ejecución sino por la incomprensible premura con la que se consuma); la elegancia de la que hace gala el metraje es, sin duda, la mejor baza de este, encontrándose la perfecta ejemplificación en un vestuario que, fiel y cuidadosamente, recrea las prendas típicas de la época en la que trascurre la trama; la rivalidad entre damas, solo equiparable a su unión existencial, se traduce en el único interés real (en el sentido más amplio del término, pues de extrapolarlo a la cotidianeidad no diferiría demasiado) de una cinta muy soporífera y para nada imprescindible.

Lo peor: el telón de fondo, el hecho histórico de índole bélica mencionado en el párrafo anterior, despertará recelo desde el primer segundo en aquellos que no sean simpatizantes de semejante género al aludirse con desdén y asiduidad; la osadía de retomar un clásico tan logrado como El seductor, dirigido por Don Siegel e interpretado por Clint Eastwood (y, a su vez, inspirado en la novela escrita por Thomas Cullinan), sin un propósito medianamente definido, un pecado capital a sumar en la irregular carrera detrás de las cámaras de Sofia Coppola; la insinuación de multitud de hechos no provoca temor (como debiera) sino carcajadas (como despierta), en especial cuando la afectación recae sobre el único varón del muy popular reparto, un Colin Farrell en el rol de un lisiado cabo que no firma precisamente una de sus mejores actuaciones (de hecho solamente se podría destacar la labor de Kirsten Dunst de entre el elenco, pues ni Nicole Kidman ni Elle Fanning cumplen con las expectativas al no entregarse en ambos personajes).

Daniel Espinosa
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