“Encadenados” nos presenta un interesante thriller que combina romance e intriga, dando lugar a una historia con tintes de cine negro que goza de buenos momentos, pero que al mismo tiempo es bastante irregular en su conjunto.

La experiencia arranca algo falta de ritmo, con un tramo inicial que desemboca en romance, y que provoca que la primera parte de la cinta no resulte especialmente absorbente. Durante esa parte del metraje, destaca la sensualidad con la que se tratan algunas escenas románticas, en especial gracias a una Ingrid Bergman que realiza una gran actuación, dotando a su personaje de unos matices que le convierten en el más interesante de la historia. Por lo demás, un Cary Grant un tanto soso, unas explicaciones rápidas y poco claras para introducir la trama, y la falta de ritmo, lastran el principio de la historia.

Conforme el argumento avanza, el interés aumenta. Eso ocurre cuando la trama va introduciendo toques de espionaje y suspense, consiguiendo que la película funcione mejor, y notándose entonces sutilmente la mano de Hitchcock a la hora de generar un conseguido ambiente de intriga. Todo funciona mejor en plena trama de espionaje, donde también la actuación de Cary Grant se siente más natural. Aun así, la propuesta no consigue huir de algunas escenas poco creíbles, que no me resultan del todo convincentes por cómo están planteadas.

Conclusión. A pesar de encontrarnos frente a una película correcta, creo que hay una tendencia general (entre una gran parte de cinéfilos veteranos) a sobrevalorar ciertas obras por estar dirigidas o protagonizadas por figuras aclamadas del Hollywood clásico. De esa manera, una película como “Encadenados”, de aroma clásico, dirigida por Alfred Hitchcock y protagonizada por Ingrid Bergman y Cary Grant, cuenta con todos los ingredientes para que muchos usuarios amantes del cine clásico la cataloguen rápidamente de obra maestra imprescindible, pasando por alto otros factores que hacen de la cinta una propuesta irregular.

La obra que nos ocupa cuenta con momentos interesantes, pero el guion se desarrolla de manera muy irregular, no llegando a profundizar adecuadamente en su trama romántica (con un planteamiento muy superficial), ni en su trama de espionaje (que también queda algo falta de profundidad). Además, por el camino se nos presentan factores como conveniencias en el desarrollo de la trama, o un final un poco abrupto, que no ayudan a dotar de solidez al conjunto de lo que se nos narra. Con todo, es una obra correcta, que no deja de ser interesante para los amantes de los thrillers clásicos con toques de cine negro, a pesar de sentirse como una obra menor dentro de la filmografía de su aclamado director.