Tuvieron que pasar 29 años para que alguien se atreviera a hacer un remake de esta película: Scorsese en El cabo del miedo (1991), capaz de darle la vuelta y hacer otra incluso mejor, más rica en matices.

Aquí, Gregory Peck, estando muy bien, es un personaje más plano que el de Nick Nolte, es un hombre que en su día cometió un error, subsanable por creer en las causas justas y proteger denodadamente a su indefensa familia. Y así se enfrenta al terror producido por un Mitchum que aterroriza casi sin moverse, completamente al revés de De Niro, otro estilo, otra tensión. Es muy interesante hacer en casa el programa doble: las dos versiones están muy bien.

De ésta lo que más valoro es a Mitchum y el clima logrado. De la otra, la versión más interesante en cuanto a confrontar el mal con una familia indefensa que a su vez también está bastante podrida.

Pero aquí hay buen clima, mucha tensión, los movimientos contenidos del malvado y la lucha denodada del hombre bueno presentan a dos actorazos que en la versión de Scorsese actuarán en sendas colaboraciones con su dosis de humor y de cinismo.