Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de horacio:
6
Drama Violenta historia de culpa, sexo y poder. Marcos, un chofer mestizo que trabaja para un general, secuestra con la ayuda de su mujer a un sobrino del militar, pero el bebé muere de forma accidental. Marcos, más frágil de lo que creía, empieza a derrumbarse y acaba confesando lo que ha hecho a Ana, la hija de su jefe, una chica que se prostituye por placer.
13 de febrero de 2008
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres veces alzada en nombre de las hermosas criaturas que se adueñan no sólo del miembro que adoran sino de cuanto descubren a su paso sensual.

Anapola Mushkadiz es la estrella que acompaña a Marcos Hernández un no-actor, un hombre de la calle, más bien inexpresivo, obeso que desanda una historia confusa que, sin embargo, a pesar de las dificultades del espectador mantiene un cierto interés.

Anapola empieza y termina la película, pero esa felación que parece igual es diferente, es la metáfora de una peculiar batalla en el cielo en la que a mí me gustaría participar. Con Anapola, claro está, de guía preferente.

No es pornográfica, si por ello se entiende una película destinada a la excitación de la libido, ni sus actores han hecho antes este tipo de película, no, es otra cosa, ciertamente audaz, imperfecta, pero atractiva si se le tiene paciencia, mucha paciencia y se esperan las mejores situaciones que llegan hacia el final.

Las felaciones y los coitos: se folla de un modo triste, como tanta humanidad arrastrada a la monotonía de los instintos, pero alguien busca algo que se le antoja diferente, una cierta poesía que surja más de labios húmedos que de sexos empapados, y éstos también se exponen con encanto...

Batalla en el cielo, película mexicana peculiar, lenta, torpe en su relato y exageradamente hermética, pero con unas muy interesantes escenas de sexo explícito, fuera de los circuitos al uso, apostando por una naturalidad que no omite nada, ni obesidades; lo espeso y la fluidez, lo grave y lo cómico en busca de un abrazo preferentemente, largamente, encantadoramente bucal.

Y además, y perdón por la insistencia, está ella, con su nombre extraño y su belleza tan sugerente y su andar envolvente. Ella, sí, Anapola Mushkadiz.
horacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow