Batalla en el cielo

La película mamada no puede faltar en un festival:
escandaliza y crea polémica en la sección oficial.

La película mamada no deja a nadie indiferente:
con travellings escrotales el glande se ve diferente.

La película mamada es auténtica y pura dinamita:
media humanidad quiere partir al director su carita

Muchos mensajes existen en la película mamada:
sentirlos entre tanto bostezo y buena almohada.

La película mamada siempre opta a la Palma de Oro:
parece ganadora pero nunca consigue el tesoro.

La película mamada parece valiente y novedosa:
acaba siendo una entre tantas, muy artificiosa.

La película mamada no excita y no hipnotiza:
por mucho que se enseñe buena longaniza.

A nadie le espanta ya una película mamada:
un feo, una guapa; un gordo en bolas, una arcada.

La película mamada nunca tiene buenas críticas:
no consigue premios, no gana ni a las canicas.

La película mamada hace ruido y resulta aburrida:
demasiadas intenciones para una película fallida.

Sin duda alguna -y dicho sea con todo respeto para el director-, esta es la PEOR PELÍCULA que he visto; nada, absolutamente nada de lo observado por mí en toda mi vida supera en inmundicia a esta película.

Se trata esta película de un vehículo producido casi expresamente para satisfacer el voyeurismo europeo que siempre busca con ansia retratar en países tercermundistas -como México- las desviaciones y perversiones visuales y conceptuales que no siempre pueden llevar a cabo en su continente -que últimamente deviene un tanto avejentado y repetitivo en lo conceptual-.

No sé qué es lo peor de toda la cinta: si los planos demoledoramente abúlicos, la narrativa artrítica que pretende pasar por "poesía visual" -aunque parezca como si un octagenario pretendiera escalar de un solo golpe el Monte Everest-, el afán barato de crear polémica a costa de la inconsistencia, ya no digamos argumental, sino visual... Etcétera, etcétera.

En resumen: un intento de ínfima categoría por retratar una especie de hiper-realismo, con sazones ultranaturalistas -quizá para la complacencia de algunos públicos europeos ávidos de salir de la monotonía en que han caído últimamente-, ese extraño y mitológico zoódromo en que se ha convertido la sociedad chilanga.

Muy a mi pesar, tal visión del centro de México es compartida por algunos sectores sociales de por acá -como el regiomontano- que viven en el ostracismo que les brinda la autosuficiencia de saberse "modernos", viviendo entre cerros -que a veces parecen de hipocresía y castración-.

Sólo Dios sabe el esfuerzo que tuve qué hacer, anoche, para no embriagarme después de ver esta... cosa.

Lamentablemente, las imágenes y sonidos que de ahí vi, jamás saldrán de mi memoria, y vagarán por mi cabeza como judíos errantes por toda la eternidad.

Gracias

Al entrar a la sala y ver de inmediato la escena de la felación, te deja en shoock, sin palabras, transcurre el tiempo y notas que los espectadores se salen; no hay poder de convencimiento; plagada de tediosos momentos e imágenes que rayan en el mal gusto; termina la película y la gente en descontento exclama: “Pinche película fea”, ¡Que asco!, “es una mamada” y una serie de calificativos que ni en la más tarada que he visto, me ha tocado escuchar que se digan tantos calificativos en contra, e incluso podría asegurar que es la única.

En lo personal me pareció un tributo al mal gusto, que raya en lo burdo; es reticente y sin aportación; un filme disidente de la calidad y en pro de la Industria fílmica mexicana, que traiciona a muchos de los que buscan alternativas y ejemplares de calidad. Carlos Reygadas hizo Japón otro homenaje al tedio y del cual traslado toda la esencia a este nuevo filme polémico.

Batalla en el Cielo es distante de otras producciones mexicanas actuales, pero también se sigue el estilo de Reygadas en ejemplares que están por salir con ese toque de desencanto y falta de estética en la dirección de arte, en concordancia con la realidad de todos los días de muchos mexicanos.

Cinta recordable por lo pésima que es.

No creo que sea para tanto, aunque reconozco que la peli tiene miga. Para vuestro seguro servidor la peli de los cojones es un cagarro. Pero le he puesto un seis. Por? Fácil...

· porque por mucho que ladren y si no me creéis sólo tenéis que ir para allá, en Méjico la pasta y el poder lo tienen los blanquitos descendientes de criollos y nuevos blanquitos que van a aquellas tierras. Y Carlos Reygadas lo retrata como puede pero lo retrata.
· porque la primera secuencia es maravillosa aunque se trate de una felación y aunque la tranca no sea la de nuestro héroe. Porque encima no pensaréis que se la estaba chupando de verdad al güey. Luego cuando está de pie en la habitación esa que nadie sabe que es... pues parece Pulgarcito, por éso lo digo.
· porque los descendientes de los grandes aztecas, chichimecas, mayas, texcaltecas y fieros yaquis por poner sólo algunos ejemplos, siguen abocados a desempeñar las tareas menos agradables en el Méjico lindo. Y encima con la nueva dieta que impusieron los españoles de carne, queso, tomate, frijoles y tequila... pues encima, se han vuelto más feos y regordetes. Y Carlos Reygadas nos lo muestra. Los blancos son todos delgaditos y guapos.
· porque las escenas de los dos polvos me gustan por igual, y nuestro machote no deja vulva cerrada. Y se lo agradecemos, al igual que al señor director que nos muestra como follan una pareja epsilon de una manera acojonante. Y le doy las gracias por ello y por partirme el culo. Y cuando la pija está sobre Rocco el encuadre es más que bello y demuestra que en los EEUU no hay libertad. Y el primer plano del conejito es demasiado bonito como para pasarlo por alto.
· porque Carlos Reygadas juega con el sonido de forma magistral. Las conversaciones de la pareja epsilon siempre son apagadas por el ruido: un móvil, una excavadora. La secuencia en el interior del coche es magnífica. Y alguna más que no recuerdo.
· porque enseña a la policía mejicana como es en realidad. Un atajo de fantoches que pueden tener hasta la poca decencia de ir en pantalón corto si les sale de los huevos, y éso el jefe. Pero bueno, si vas por allí y ves como disparan a los carteles publicitarios sólo para enseñarte la pipa que llevan, éso es moco de pavo. Y Carlos Reygadas lo retrata bien.

El interés, la coherencia, el buen narrar y los valores cinematográficos de este engendro abominable son directamente proporcionales al aspecto físico de su desagradabilísimo protagonista, de su gorda señora, e incluso de su miembro viril, el cual tenemos que soportar hasta excitado.