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España España · Madrid
Voto de horacio:
9
7,7
7.350
Documental Cuando, en 1996, Ry Cooder viajó a Cuba para grabar un álbum con Ibrahim Ferrer y los músicos que habían colaborado en el disco Buena Vista Social Club (conocidos en Cuba como los Super-abuelos), Wenders lo siguió: observó a los músicos en el estudio y rastreó sus vidas en La Habana. Después rodó en Amsterdam, donde la banda dio dos conciertos y, finalmente, en Nueva York, en un recital espectacular en el legendario Carnegie Hall. (FILMAFFINITY) [+]
29 de mayo de 2008
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wenders y el músico Ry cooder son unos tipos increíbles, por amor a la música y al descubrimiento de sonidos y emociones diferentes se introducen en una Habana pobrísima para tratar con músicos maravillosos más pobres aún que cuanto les rodea: con una producción muy modesta, es más que evidente que aquí nadie tiene un duro y los músicos cubanos ya pasaron sus años mozos y ya nadie se acuerda de ellos; están muy mayores, y entre auténticas maestros hay un pianista extraordinario que lleva un montonazo de años sin tocar, con las manos agarrotadas, pero la sonrisa instantánea.

La película es una gozada en todos los aspectos, pero sobre todo emociona el acto de amor tan grande que emprendieron sus creadores y la enseñanza enorme para el mundo entero: entregarse por completo a la creación y al buen rollo entre camaradas y luego ya encontraremos la forma de pagar las facturas.

Esta gente que se reunió en el 99 para esta película, luego recorrió mundo. Algunos murieron ya, pero antes de marcharse se dieron el gustazo de una resurrección por todo lo alto, grabando discos y siendo aplaudidos de pie en grandes teatros en países de habla hispana, en Alemania, Nueva York... un sueño superior a cualquier sueño americano si se tienen en cuenta las edades de esta gente, que iban de los 50 a los 90.
horacio
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