Después del enorme tirón comercial que representó "la momia" con Brendan Fraser, parece ser que muchos directores intentan explotar el filón de las momias, ya de por sí sobreexplotado. Pero claro, aquí lo que introducen de novedoso para no caer aún más bajo copiando íntegramente la otra película, es que en lugar de ser un esqueleto andante es un manojo de vendas que quiere apoderarse de órganos humanos. Convencional película de terror para adolescentes, es decir, mala hasta el delirio y aburrida.