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España España · Barcelona
Voto de Marshall:
10
Western Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
22 de diciembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta maravillosa película de John Ford es sin ninguna duda la última gran producción de Ford, y probablemente su mejor film junto con The Searchers. Toda la película es una constante referencia al conflicto entre el viejo Oeste y la llegada del nuevo (O)Este. Ford logra trasmitir esta idea hasta con los más pequeños detalles –cosa bastante frecuente en su filmografía–. Probablemente esta manera de hacer sea influencia del catolicismo (religión de la que, como buen irlandés, Ford era fiel), en el que se usan muchos pequeños símbolos para expresar verdades.

Cuando realiza este filme (estrenado en Estados Unidos en 1962) Ford ya es un hombre mayor, un director que está acabando su carrera. Esto se puede apreciar muy bien a lo largo de todo el filme gracias a la oscuridad que caracteriza el largometraje –influencia del expresionismo alemán, especialmente de Munaur– y el espléndido juego entre luces y sombras, digno de los mejores claroscuros de Caravaggio, que acentúan esa despedida del cine por parte del director, como si se tratara de apagar una de esas lámparas de aceite típicas del viejo Oeste.

La película empieza y acaba con una locomotora de vapor, que simboliza el progreso, y que el director pone en contraste con las diligencias, propias del salvaje Oeste. Antes del flashback Hallie pregunta al cochero si el cactus (símbolo del viejo mundo) está en flor (símbolo de Tom Doniphon), mostrándonos así que tiene cierta curiosidad por volver a ver aquel mundo en el que creció y que llegó a amar con todo su corazón. El conductor la lleva hasta las ruinas de la antigua casa de Doniphon y ella le pregunta si sabe si se terminó de construir, a lo que él responde que ella lo sabe mejor que él. Este pequeño diálogo encierra el amor que tenía Tom por Halley, un futuro matrimonio que estaba a la espera de que se terminase esa habitación (símbolo de la unión entre los dos) para consumarse, para que los dos enamorados constituyeran una familia.

Mientras, Ransom Stoddard pregunta a unos paisanos por el funeral de Tom, a lo que le responden que no conocen a ese hombre, queriendo remarcar que el viejo Oeste ya no existe, nadie lo recuerda. En la funeraria, Stewart (símbolo del progreso, de la democracia, del nuevo Oeste) ve una tumba desnuda, olvidada, en la que se encuentra el cuerpo de Doniphon (símbolo del viejo Oeste) sin botas, sin espuelas, sin cinturón y sin sombrero. El hecho de que Tom no lleve ninguno de los atributos propios del hombre del salvaje Oeste muestra, tal y como veremos más adelante, hasta qué punto Tom Doniphon renunció a su modo de ser para establecer algo distinto, un mundo nuevo. Otro detalle que simboliza la muerte del salvaje Oeste es la diligencia (otro símbolo de ese mundo viejo) llena de polvo (olvido) y sin ruedas (ya no sirve), que se encuentra en la funeraria, para remarcar que ese mundo yace entre los muertos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Marshall
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