La película, si la miramos por partes se podría decir que está bastante bien, con una historia interesante con ese virus y el tren sin control, con un toque dramático interesante que enriquece a la película, una Van Damme cumplidor como normalmente, muchas escenas de acción... Lástima que el factor más importante eche por tierra todos estos buenos ingredientes para una peli de acción que podría haber sido más que decente. Este factor no es otro que la dirección por parte de un matao total (y cuando digo total, es total) que no tiene ni idea de dirigir una película. Su inutilidad se nota sobre todo en las malas escenas de acción, donde no te enteras de casi nada, lo que es una verdadera lástima porque algunos movimientos de Van Damme en la película son increíbles. Pero el horror llega cuando a este señor se le ocurre poner en la pantalla dos escenas de acción al mismo tiempo, porque si ya con una note enteras casi, con dos ya ni te cuento (además de que al ser dos se ven las escenas más pequeñas). Una película que podría haber dado mucho de sí se queda en bastante mediocre por culpa de un señor llamado que esperemos que no se vuelva a poner nunca más detrás de las cámaras.