Es una película especial para bien o para mal, y que para su disfrute requiere un conocimiento previo por el espectador de los antecedentes y del estilo de Malick (y no quiero ir de listillo o gafapasta, que conste). A mi me encantó, es una fiesta de los sentidos y la sublimación del estilo de su director (que no su obra cumbre) al igual que lo fueron "2046" para Wong Kar-Wai y "Inland Empire" para David Lynch. El director suprime todos los hilos narrativos para que la imagineria sensorial se apropie de todo el metraje mediante una fotografía y banda sonoras excepcionales, sin los cuales la película bajaría muchísimo. Para mí no obstante este filme queda un punto por debajo de "La delgada linea roja", su obra cumbre por ser la que mejor equilibra narrativa y poesía.