Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Arteaga:
9
Drama. Romance Christian es nuevo en el supermercado. Se adentra en este universo desconocido con la ayuda de su compañero Bruno, que le enseña todos los trucos de la profesión y se convierte en su amigo. En poco tiempo se enamora de Marion, que trabaja en el departamento de dulces y siempre bromea con él. Pero Marion está casada, aunque no es feliz en su matrimonio. (FILMAFFINITY)
21 de septiembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuántas y cuántas veces habremos oído decir eso de que lo importante es saber ver la felicidad de las pequeñas cosas del día a día. En medio de la rutina laboral más asfixiante, Thomas Stuber describe con maestría todos esos oficios que condenan a sus trabajadores a un considerable aislamiento social. Seres solitarios, noctámbulos y perdedores de toda clase que terminan encontrando en ese universo paralelo algo parecido a una familia con sus consiguientes relaciones afectivas. Una mirada a ese lado oculto, al underground de la sociedad del consumo, a toda la biodiversidad humana que se abre paso cuando las grandes superficies cierran. Al otro lado de las puertas, la jerarquía del supermercado y las ilusiones personales, algunas frustradas y otras aún anheladas por quienes comparten este destino.

En medio de un tratamiento fotográfico y estético absolutamente brillante, donde los colores desaturados realzan amarillos y azules en una paleta cromática pluscuamperfecta, "In den Gängen" despliega todos sus encantos en los pequeños detalles. Una narración cinematográfica desbordante de belleza y lirismo, que fija algunas de esas imágenes imborrables en la mente del espectador. Imposible olvidarse de ese beso de esquimales y su tensión contenida, o de ese final prodigioso, anticipado desde lo sonoro en una de las metáforas más bonitas que recuerdo haber disfrutado en la oscuridad de una sala de proyección. La evocación del paraíso que persigue a Christian, Marion, Bruno y el resto de trabajadores, tras esa postal de una playa con palmeras que preside la sala del café, ese rincón desde el que los protagonistas se permiten soñar nuevos futuros.

Las soberbias actuaciones de Franz Rogowski (Christian), Sandra Hüller (Marion) y Peter Kurth (Bruno), terminan por elevar la película a un tono de sentimentalismo contenido, en el que aquello que se demuestra en una mirada o en un gesto cobra mucha más fuerza que aquello que se dice. Un relato sensible y lleno de emociones salvajes que son puestas siempre en la piel de personajes tan honestos que hacen imposible no conectar con ellos. Que nadie espere una película de ritmo trepidante, aquí el secreto está en entender que en el seno de lo cotidiano es donde surgen las historias más humanas.
Luis Arteaga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow