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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
5
Comedia. Fantástico Tras pasar el peor día de su vida, el reportero de televisión Bruce Nolan desafía a Dios reprochándole lo mal que está administrando el mundo. Dios acepta el reto, le otorga todos sus poderes y lo conmina a hacerlo mejor que Él. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2009
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada cierto tiempo me encuentro una película con un punto de partida argumental que me parece muy interesante y al que se le puede sacar mucho jugo, para que luego vaya desinflándose vertiginosamente y se convierta en un film mediocre, cutre y, sobre todo, desaprovechado; porque es significativo (y triste a la vez) que al pobre espectador se le ocurran miles de situaciones buenas para ese guión, y al guionista, tan bien (o tan mal, ¿quién sabe?) pagado, no se le ocurra ninguna de ellas.

En la mayoría de los casos se lo perdono, pues los autores de dichos films suelen ser unos mediocres sin talento que, por mucho que expriman sus ganas de hacer cine, no lo consiguen. El dolor es mucho más hiriente cuando esto te lo hacen dos artistas de un talento tan excepcional como Jim Carrey y Tom Shadyac. Y muchos se preguntarán: ¿Tom shadyac un artista de excepcional talento?, ¿no es un poco exagerado para un director tan normalito, convencional y poco destacable como él?. Pues no, no exagero, pues estoy convencido de que la magnífica Mentiroso compulsivo (1997, Shadyac) es precisamente tan magnífica y soberbia, no solo por el desmesurado talento para la comedia de un impagable Jim Carrey, sino por la inteligente, amena y brillante dirección que Shadyac le aporta. De hecho, me parece insultante que no esté entre las grandes comedias del siglo, ya que, en mi opinión, merece ser reivindicada como una de las películas más divertidas, ocurrentes, inteligentes e hilarantes que jamás dará el cine; muy a la altura de lo mejor de los hermanos Marx, Cary Grant o incluso Woody Allen.

Por eso, me duele que este Como Dios resulte tan tremendo bodrio. Por supuesto, el 90% de la culpa la tiene un guión tan desaprovechado, tontorrón, banal y superfluo que solo rasca la superficie de lo que podía haber dado una gran comedia con momentos de extraordinaria comicidad. Sin embargo, ese guión (que parece escrito en un par de horas de bajísima inspiración) no saca provecho de nada, absolutamente de nada, de lo que podría haber aportado un pequeño toque de originalidad o inteligencia a esta historia, cuyo punto de partida, insisto, me parece genial, pero a los 5 minutos de metraje ya te das cuenta de que seguirá el camino más facilón, torpe y chabacano.

Ahora bien, si el 90% de la culpa es del guión, el 10% restante se lo lleva la desganada interpretación de Jim Carrey y la de los demás actores, así como la impersonal y aburrida dirección de Shadyac. Entiendo perfectamente que no estén motivados, al tener que filmar un guión tan chabacano, pero, por lo menos, ya que van a desperdiciar su talento, que no lo hagan con una idea argumental que podría haber dado tanto de sí. Y es que cada vez estoy más convencido de que en el mundo del cine (o en el de cualquier arte en general) no basta con tener talento, sino que hay que contar con unos buenos pilares argumentales sobre los que poder desarrollarlo.

El Despotricador Cinéfilo
www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
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