Una vez más un conocido personaje de videojuegos pasa a su representación en la pantalla grande, con una adaptación algo extraña en cuanto a los lineamientos del guión original, pero con la sensación de haber rozado una cinta de carácter aceptable y no los meros guiños que vemos a ratos.

Un ejemplo de las inexactitudes respecto de la historia original es que el detective Payne está vinculado a la DEA y no sólo al Departamento de Homicidios como se hace ver, de hecho esta labor es sólo consecuencia del drama familiar que posteriormente padece. Pero en fin, "Max Payne" (2008) es una película que deja pasar la oportunidad de explotar lo que la gente realmente quiere ver, ya que aplica la pulcritud a destiempo y cuando no corresponde.

Es cierto que las evocaciones a "Matrix", "Sin City" o "Constantine" son elocuentes, pero no cabe duda que las gráficas de entes mitológicos son el punto alto y que deja gusto a poco en un film que durante largos tramos, cada dos minutos tiene sonados tiroteos, lo que termina por agotar, independiente de las ralentizaciones de cámara.

Por si fuera poco, el personaje de Mila Kunis -cuya presencia solemos agradecer en pantalla-termina por no justificar sus apariciones, debido a lo prescindible y como el resto, girando de modo pasivo frente a la grandilocuencia del protagonista que parece bastarse para llevar adelante la cinta.

En este sentido, Wahlberg es sin duda el gran comodín de Hollywood, lo que si bien en sí es una cualidad por la cantidad de roles que puede interpretar, debe consignarse que su desempeño no suele diferenciarse uno de otro. Esto le suma en el mercado comercial y sus diferentes producciones pero a la vez le resta peso a su calidad actoral.

En suma, "Max Payne" recibe toda la indiferencia y despotismo de la crítica y salvo su estética, el resto es más bien olvidable.

Recomendación:
Débil, podría haber logrado más pero el replanteo habría desencadenado otro film diferente.