Como una película valiente y que se hace eco -basado en un libro- de una verdad en boca de todos, Paul Greengrass confirma su experticia y buen pulso para guiar cintas de acción e intrigas utilizando nuevamente a Matt Damon tal como lo hiciera en la saga de Bourne.

Pudiera decirse que siembra flores después de la batalla pero 'The green zone' (2010) es un film que deja importante constancia acerca de una realidad diferente, un punto de vista interesante sobre la historia reciente del conflicto en Irak y el factor Estados Unidos. El poder y las diferentes esferas involucradas se describen con propiedad en sus propias trincheras y ubican intencionalmente el tímido y frío lugar que le corresponde a los verdaderos involucrados en los destinos de su país.

Las razones y conflictos internos son muy bien llevados y cautivan de inmediato, dejando la odiosa jerarquía militar en igualdad de condiciones para explorar a su vez la cara política (sino económica) del conflicto bélico que movilizó la atención del mundo durante la última década.
Es ficción pero con una puesta escena y un manejo tan destacados que no cabe duda que inquietará a muchos. De hecho, si se preguntan por qué no la han visto o por qué no sabían de esta película, ello sólo jugará a favor del film.

Traducida como 'La zona verde: distrito protegido', se ubica en la galería de las grandes películas bélicas contemporáneas con el plus de no saciarse con balas, persecuciones y tiroteos, sino que escudriñar en luchas de escritorio donde los egos y los daños suelen ser más voraces.

Curiosamente de este modo apelando a la ingenuidad y otros diálogos notables, esta cinta se gana el respeto del espectador, por ambiente, montaje, actuaciones y rescatar la esencia de su obra original.

Recomendación:
Buena. Un thriller bélico-político de factura destacada.