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Chile Chile · Santiago de Chile
Voto de buyinski:
7
Comedia Cinco estudiantes de distinta educación, formación y gustos son castigados a pasar un sábado en el instituto en el que estudian. Pronto las desavenencias entre ellos aparecen, especialmente cuando el director que les vigila se ausenta del aula.
3 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy estadounidense, esta comedia que a ratos se adentra en el drama es emblemática -o al menos se nos ha vendido como tal- de toda una generación, en la segunda parte de los ochentas. Habría que razonar y anotar cuántas similitudes tenían las juventudes del norte en sus secundarias con las de nuestro país, en los liceos chilensis, pero bueno, ese es otro tema.

“The Breakfast Club” es de aquellas películas contra las cuales supuestamente no se puede inferir mucha crítica negativa, ya que de inmediato los pseudoespecialistas salen a defenderla como obra imprescindible de una generación que como decía, por extrañas razones en esta parte del mundo, se sintió ‘identificada’ con algunas de las problemáticas juveniles en cuestión.

Con un elenco de chicos que asomaban como estrellas en proceso de Hollywood, la cinta retrata que la vida de los adolescentes yanquis y sus dramas con los padres. Algo -concedámoslo- medianamente universal. La desesperación, los miedos por reflejar en sus vidas lo que sus padres y maestros han hecho con ellos, y las presiones de un sistema educacional imperfecto, completan este film, en un contexto de edades donde las certezas son pocas y el carácter termina de forjarse.

Las actuaciones para esta historia son buenas, no hay duda, y lo son porque precisamente la trama es buena y consciente de sus límites, sus diálogos son potentes, etc. Reitero, hablar de referente de vida es otra cosa, pero esta película entrega varias claves sobre los dilemas de juventud y quizás la más certera es que nos cuesta creer que nuestra pasada adolescencia dista mucho de la actual, no obstante, los que cambiamos somos nosotros y eso es lo más difícil de aceptar.

La banda sonora es notable y “Simple Minds” se arranca con todas las loas por siempre con su “Don’t you forget about me” ¿y la duración? poco más de una hora y media, dese el tiempo. No querrá decir “no la he visto”, créame.

Traducida como “El club de los cinco”, sin quererlo esta película y sus protagonistas, cada uno con sus características particulares de grupos bien definidos en la secundaria gringa, pasaron a ser referentes pero del propio cine norteamericano; comedias, dramas, de horror, suspenso y parodias. Todas las cintas de secundarias americanas hasta nuestros días retratan en mayor o menor medida la obra maestra de John Hughes. Una buena película, pulgar arriba.

:)
Conclusión:
Un ícono del cine. Reflejo de adolescencia y modelo para varios.
buyinski
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