No me dejó buenas sensaciones esta cinta que se puede describir como una prolongación innecesaria de una saga sepultada hace mucho. "Rambo: Last blood" (2019) para ser una película de acción es bastante lenta y tiene menos adrenalina de lo esperado siendo literalmente una cinta del montón. Repito, innecesaria.

Parece que a Sylvester Stallone se le acaban las ideas. Al echar mano del repertorio dorado con "Rocky Balboa" al menos consiguió mejor suerte logrando una impensada sexta entrega del "semental italiano" y dando pie a un spin off, que nos llegó como "Creed". Acá en cambio John Rambo, ese implacable y a la vez torpe mercenario que recordamos con su musculosa, larga cabellera, cuchillo en cintura y cintillo rojo en la frente, no aparece por ningún lado.

El público, que fue con esa ingenua ilusión, solo obtiene una suerte de "Taken" maltrecho, de "Justiciero" rústico, con un jubilado a los tumbos dentro de una modernidad que lo golpea dejándolo obsoleto y donde la sonoridad de sus mejores épocas, vía esa melodía característica, es prácticamente lo único que nos evoca su reflejo original.

Su inesperado valor viene del hecho que un personaje de cine como John Rambo, no puede tener una despedida en la gran pantalla de esta forma, con tanto "deshonor", para lo que merece su "estampa".

"Rambo: Last blood" es desequilibrada. Melosa, lenta, innecesariamente reflexiva y luego sin mucho matiz o mejor dicho, con una crudeza de otros géneros, violenta de una forma "gore", sin mucho preámbulo. Esos momentos quizás son el mejor homenaje al Rambo Original, sin mucho diálogo, pero tarda demasiado en salir a escena esta vez, además claramente ya es otro personaje, en otro mundo, otro público y sin el propósito definido que tenía en otras oportunidades. Tampoco era tan inolvidable antes pero es menos recordable ahora sin duda.

Recomendación:
Mala. Floja y desequilibrada. No es Rambo, es un sucedáneo en otro tiempo, perdido.

=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com