Película ochentera realmente recomendable. Muy buen argumento, que te mantiene a lo largo de la película, algún que otro susto y terror psicológico en altas dosis. En un principio se encargó a Romero el dirigirla, pero como el rodaje se demoró, abandonó en lugar de Lambert, que hace un film excepcional. Los detalles están muy bien cuidados, por ejemplo el camión en el que sube Rachel lleva impreso el 666 bajo la puerta. Como dato negativo pienso que las interpretaciones podrían haber sido mejores, aunque creo que son buenas.
El tema de la película es el de la muerte de los seres queridos y la culpa que en ocasiones va ligada a ella. Este sentimiento es explotado en la película, para producir el sentimiento de angustia y terror.

Frase de la película:
"Nunca vaya al lugar donde los muertos andan"