Película canadiense a la que en mi opinión le vendría bien, un poco más de nervio, pero que en conjunto hace reflexionar al espectador a través de diferentes cuestiones.
Profesor Lazhar, emplea un método parsimonioso, a juego con unas tranquilas, pero precisas interpretaciones, con un profesorado muy créible. Mención especial, a Fellag cuya interpretación con temple incentiva más si cabe al cinéfilo, llevando a valorar un producto más si cabe de lo que ya podría valorarlo.
Pausada en todo momento, la película nos depara una cuestión que a mi juicio rompe los esquemas de los films que solemos visionar (en mi caso) normalmente de profesor con alumnos, y no es otra que, la disyuntiva de si los alumnos en las aulas deben ser educados, o si su tarea debe ser exclusivamente enseñar. Si normalmente de las visionadas por mí, se decantan por la primera opción inconscientemente (supongo) por el trato, digámoslé así que se establece entre alumnado y profesor, ésta como bien comentaba un usuario, y compartiendo esa opinión mantiene cierta "neutralidad" hasta bien avanzado el metraje.
Por ello la película se sitúa en una perspectiva curiosa y en consonancia con ello, a la hora de si un profesor puede "permitirse" dar una abrazo a un alumno, o si por el contrario debe esquivar cualquier contacto.
De esta forma surge una segunda cuestión interesante, tratada en el film y que es un modelo al menos aquí en nuestro país (entiéndase modelo como costumbre) hoy en día. Los profesores jamás deben alzar la mano.
En general la propuesta está bastante bien, e invita a que la violencia sea erradicada, resultando un paradigma que el personaje interpretado por Fellag, haya visto la muerte en su propia casa, y en su segundo domicilio, con el fallecimiento de la profesora a la cual sustituye.
Creo que en general, de la cinta están dichas bastantes cosas, coincidiendo a la hora de publicar esta crítica, que se dejan algunos misterios sin resolver, de manera que se plantean cuestiones como ¿ Cual es nuestra verdad? y diría que incluso ¿ Que sentido tiene nuestra vida?
Es una propuesta sencilla y compleja a la vez, una tranquila cinta, que sin embargo y a pesar de ser sensible y agradable no ha terminado de convencerme para considerarla una obra redonda.
Una interesante reflexión sobre los pilares de nuestra infancia asentada en unos estupendo protagonistas, con unas actuaciones creíbles y que en la forma, que no en el fondo, ni en el trato se aleja de pautas ya visionadas con anterioridad.
Un producto agradable y recomendable.
Pd: Es de canadá y no es un telefilm. Bravo.