Mediocre telefilm entre cuyas escasas virtudes, destaca, a juicio de quién ésto escribe, el trasladar a un ambiente gélido una historieja de pocas pretensiones destinada a esa franja horaria de sábado por la tarde cuando a uno le apetece quedarse en casa en lugar de buscar otras alternativas probablemente más sensatas.
Dirigida por grünler, un auténtico especialista en estos telefilms, y que nos ha dado alguna película de calidad aceptable, incluso buena, "Amor en los fiordos" (muy por encima de los experimentos dominicales) por ejemplo, la verdad es que "Decisión bajo el hielo" se trata de una película filmada con poco ingenio, donde solo la tensión extraída en los primeros momentos hacen que la cosa se sostenga y podamos considerar lo que tenemos entre manos como un bodrio de éstos, que dentro de lo que cabe da lo esperado.

De esta forma, el argumento se torna incomprensiblemente malo, con una narración de los hechos bastante ridícula, ya que diálogos explicativos en boca de los personajes (espantosos por ciertos en un perfil psicológico poco trabajado) sobran, y solo sirven como intento por parte de los componentes de aclararnos el argumento cuando lo más normal sería que el espectador se diese cuenta de que va la cosa el solito. En eso en mi opinión se nota la calidad ínfima del telefilm que tenemos entre manos, no me gusta que el asesino diga frases del tipo "mate a tal o cual", el caso es que este telefilm lo hace de una forma repetida hasta la saciedad y se nota la falta de inteligencia e imaginación, en este sentido a la hora de fabricar el subproducto.
Las actuaciones son bastante regulares, con pocos matices diferenciadores en el registro, y por lo general el enrevesamiento o el giro de guión principal de la película no hacen sino llevar al film a la lista de telefilms de categoría media dentro de unos parámetros de calidad media baja, ya que conviene recordarse que los mismos, no son del todo malos, pero por lo general, con excepciones, refiriéndome a los que nos endiñan algunas cadenas de por la tarde los fines de semana, son entre flojos y lamentables.
Para acabar esta crítica conviene recordar el típico desenlace.