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Voto de M_Pelegri:
9
Thriller Madrid, agosto de 2007. Curro entra en prisión tras participar en el atraco a una joyería. Era el conductor, y el único detenido por el robo. Ocho años después sale de la cárcel con ganas de emprender una nueva vida junto a su novia Ana y su hijo, pero se encontrará con una situación inesperada y a un desconocido, José.
12 de septiembre de 2016
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor Raúl Arévalo sorprende en su debut como director con un atrevimiento y una maestría que muchos veteranos quisieran. Con un relato de venganza ordinario construye una atmósfera asfixiante y oscura que engancha desde la primera escena. Cine con mayúsculas que no tiene nada que envidiar a los clásicos consolidados. Dicho esto sólo quedaría suplicar que no se deje perder por nada del mundo una joya de esas que tardaremos años --si, si, he escritos años y no meses o semanas-- a volver a ver.
Se trata de un thriller, con algunas pinceladas de western, que evoluciona desde un puñetazo inicial hasta un frenesí final sin dejar ni un minuto de descanso. Con una estética muy adecuada a lo que se quiere narrar, unos personajes graníticos y bien perfilados y, sobre todo, un guión y un ritmo contundentes nos presenta ante unos ojos que no podemos cerrar una auténtica maravilla a la que no le sobra ni le falta nada.
Antonio de la Torre (que recordamos por "Caníbal") en el papel de Jose y Luis Callejo en el de Curro forman un dúo protagonista que, al margen de deleitarnos con unas interpretaciones magistrales, se transforman en las dos caras de la misma moneda. Antagónicas e inseparables. Cada uno necesita del otro de forma imperiosa. El resto de grupo de intérpretes no se queda atrás y suman un conjunto de personajes ajustados perfectamente a lo que pide en cada momento la trama.
La ambientación capta perfectamente lo que es la esencia de las zonas más populares y periféricas sin caer en ningún momento en la facilona estética de postal. Todos los detalles rezuman autenticidad y realidad. Desde el interior de un bar hasta un gimnasio de boxeo pasando por las fiestas de un pequeño pueblo de Meseta, todo está dentro de una línea situada en las antípodas de cualquier glamour.
Los diálogos minimalistas, los silencios y las miradas configuran también un elemento clave para crear esa tensión retenida que se puede tocar con la punta de los dedos.
Una obra que nos muestra con un cadencia rotunda y sin ningún filtro lo que es el rencor más brutal de aquel que no tiene nada que perder al lado de los que pretenden ganar "de farol", todo aderezado en un mundo de marginalidad perfectamente definido. Indispensable, no caben excusas. (9,5 / 10)
http://bit.ly/2bYnAXS
M_Pelegri
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