Esta película es a todas luces excesivamente larga. Si bien empieza con fuerza y las casi 4 horas de metraje no llegan a hacerse pesadas, se nota claramente como podría haberse quedado perfectamente en dos, pues es en la segunda mitad que empieza la película a perder consistencia, tanto en el guión como en la parte técnica, que pasa de ese montaje muy frenetico y un poco a lo videoclip (bastante fresco) a ser más bien una peli del montón, un poco lenta, simplemente correcta.

Uno de los puntos que me ha gustado es la banda sonora, y no solo por los temas elegidos, que apenas son cuatro o cinco, sino por la utilización que se hace de estos, pues a lo largo de la larga pelicula suenan tantas veces que al final te acostumbras a ellos más que a los propios personajes de la peli.

Lo que menos me ha gustado: el andrógino actor protagonista, que además de tener el cuerpo más esbelto y los labios más carnosos de todo el reparto (contanto con el femenino, por supuesto) no da la talla en escenas un poco más serias o que se salgan un poco de ese papel un tanto ridículo que tiene asignado.

Es una película que como experimento no está mal, y tampoco como representante de ese romanticismo patético que parece estar de moda ahora por las asias, eso de relativizar perversiones o locuras y darles la vuelta para convertirlas en expresiones de verdadero amor.

En fin, que si durara menos hasta la recomendaría, pero como no es así mejor me callo y ya dejo que cada uno decida si quiere verla o si le ha aprovechado algo el verla, que yo todavía no lo tengo claro del todo.