Una más de las muchas que nos llegan directamente al mercado doméstico sin pasar por los cines. Y uno se arriesga a verla aún a sabiendas de que puede ser mala por las caras que reconoce en la portada. Sin embargo, ni Dafoe ni Dillon llegan a salvar algo que tiene un ritmo muy lento y aburrido, que solamente se podría salvar por la escena del final (que tampoco es para tanto y es demasiado oscura) y que tiene muy poca o casi ninguna enjundia.
A pesar de ser una historia de género negro con un delincuente chivato que colabora con la policía para detener a una red de criminales, el desarrollo no está bien. Se tiran casi toda la película hablando, y hay muy poco acción o escenas intensas.
Tiene un tufo a telefilm que no puede con él, y realmente si le quitamos a sus actores relativamente conocidos, no deja de ser eso, un producto inferior con el cual no merece la pena perder el tiempo.
Y poco más se puede decir. No la recomiendo. Dentro de una semana ya la habré olvidado por completo.