Esta producción del otro lado del charco pretende ofrecer una buena historia de terror sobre experimentos con el insomnio prolongado. Pero me temo que con las buenas intenciones no basta.
Lo primero que llama la atención es que la promoción engaña un poco, porque Belén Rueda no es la protagonista. La han fichado como gancho para atraer a más público, pero no es la actriz principal.
Pero aunque lo fuera, da lo mismo, porque la verdad es que ni ella misma ni ningún otro del reparto actúan muy bien que digamos.
Falla mucho también el sonido ambiental. Al no tener trabajo de montaje, hay que afinar mucho el oído para entender lo que dicen, independientemente del acento latino.
Aunque el lugar puede ser siniestro, la película no da miedo. Los sustos están preparados como siempre en el cine de terror, de manera que un segundo antes de la aparición, ya sabes que va a salir. Lo malo es que cuando los fantasmas son tan corpóreos y encima tienen un maquillaje tan mal hecho, pues poco miedo te pueden dar.
También la calidad de la imagen es mala, con una iluminación excesiva para cuando se supone que es de noche, y encima los ves con velas cuando hay tanta luz que parece de día. Cosa rara.
El argumento es aburrido por lo tópico y previsible. Tiene poca intriga y el rollo de la representación teatral aporta poco a la historia.
La banda sonora es también nefasta.
Por cierto, ¿no tienen los personajes un aspecto demasiado saludable para llevar tantos días sin dormir?. No es creíble. No se han molestado lo más mínimo en representar bien la falta de sueño.
Y el final es absurdo y patético, y nuevamente muestra que los efectos especiales dejan muchísimo que desear.
Si queréis un relato original sobre fenómenos sobrenaturales a las que se accede por no dormir, recomiendo "Insomnia" de Stephen King, muy difícil de adaptar al cine y que quizás por eso no se ha hecho todavía.