Había una vez un grupo de amigos que se fue a hacer el camino del rey, pero no el que hay en Málaga, sino otro que por lo visto está en Suecia, que ya es ganar de irse lejos para pasar frío.
Tras un poco de cháchara insustancial senderista que no ayuda demasiado a empatizar con los personajes, se desvela que esto no es un mero paseo por el campo, sino una película de terror.
La película se parece al principio a la de la bruja de Blair, pero con menos gritos y sin la molesta cámara doméstica.
A lo tonto, a partir de que llegan a una lóbrega cabaña, lo que parecía que iba a ser una cosa cutre de serie B, se va volviendo poco a poco más interesante. Aunque bien es verdad que ni la ambientación ni las situaciones consiguen dar mucho miedo, sí que despiertan mucho la curiosidad por saber qué demonios pasa en ese bosque.
La película juega bien con no mostrar prácticamente nada hasta el final. Nunca vemos claramente lo que pasa, con un enfoque de terror psicológico, pero que a nivel de provocar inquietud no tiene demasiado gas.
Pero a pesar de sus defectillos, llega a ser muy entretenida e intrigante, sobre todo en el tramo final, cuando cambia un poco el contexto y se revelan cosas.
Lo que no me gusta es que, a veces, los personajes se pongan a discutir por tonterías. No parece muy real, al igual que pasaba con la de Blair. Sin embargo, supongo que será por los nervios de los personajes, que lo están pasando muy mal sin saber por qué y prefieren echarse la culpa unos a otros.
Una cosa que está muy bien es la iluminación. Han conseguido filmar una película muy oscura, como debe ser, pero en la que todo se ve bien sin que se note que hay focos y luz artificial. En ese sentido, muchas otras de terror podrían aprender de esta.
Recomendable sin ser para tirar cohetes.