Con los estupendos Raúl Arévalo y Antonio Dechent entre otros, esta película no muestra su cara hasta que ya ha avanzado un poco.
Más allá del trágico comienzo (que le da pie a Arévalo a lucirse como actor) y del tema del "bullying", en realidad la trama es de misterio, con ciertas similitudes a "El número 23" y "Señales del futuro".
Eso es lo bueno de ver películas sin leerme ni siquiera la sinopsis, que logro sorprenderme sin saber nada de lo que va a pasar y además no me hago tampoco ningún prejuicio.
El misterio de la nota y la relación entre las dos o tres historias que hay, me ha mantenido en vilo con gran interés de llegar a la resolución.
El hecho de que el protagonista tenga paranoias, aporta más confusión y dudas a si lo que dice será verdad o mentira.
Como su duración es corta, van al grano sin marear la perdiz, resultando ser un thriller decente y recomendable. Eso sí, a peliculón tampoco llega.
De todas formas, supongo que el mérito del argumento habrá que dárselo al autor de la novela en la que se basa.
Como curiosidad, han cuidado el detalle de que en 2008 no había todavía muchos "smartphones". Siempre está bien que tengan en cuenta esas cosas.