Un entramado con asesinos y espías enmarcado en unas operaciones confidenciales en Omán llevadas a cabo por el servicio secreto inglés.
Jason Statham es el típico arrepentido que quiere dejarlo pero se ve obligado a intervenir por ayudar a su antiguo colega de correrías (Robert de Niro, que sale poco como siempre).
La película equilibra a partes iguales sus dosis de acción y trama de espionaje, con Clive Owen tras la pista de los asesinatos por encargo.
No es una gran película, pero cumple su objetivo de dar lo que promete y entretener. Statham se confirma como un solvente actor en este tipo de cine.
No está mal, aunque creo que es fácilmente olvidable pues no destaca demasiado en nada.