Le tengo cierta manía a las series policíacas. Las considero del montón, muy repetitivas y de escaso interés, entre otras cosas porque la oferta televisiva es demasiado amplia como para perder el tiempo con ellas. Pero “Dresden” incorpora elementos sobrenaturales y de misterio, y por ese motivo me animé a verla.
Paul Blackthorne imprime algo de carisma al personaje de Harry Dresden, un mago asesor de la policía en casos extraños, y que resulta ser más de lo que aparenta. En esta serie, conviven con el mundo real seres fantásticos y magia. Pero eso es algo que ya hemos tenido ocasión de ver en muchas otras series y películas de manera más acertada que aquí.
Con efectos especiales (regulares, todo hay que decirlo), fantasmas y demonios, tratan de adornar lo que no deja de ser en el fondo una mediocre serie de casos policiales. Ni la presencia de esos elementos ni los argumentos de cada capítulo, creo que logren que “Dresden” sea especial. En mi opinión, cuando la serie se centra más en lo sobrenatural que en la resolución de casos, gana puntos. Un ejemplo de lo que digo es el episodio décimo (“Cosas que estallan”). Lo que pasa es que eso no lo suele hacer, y gasta más tiempo tirando por el camino fácil.
A su favor, un cierto humor negro por parte del protagonista, que tiene su gracia con algunas frases cuando se pone a hablar en voz en off como en el género negro clásico de toda la vida. Me cae bien. Al menos no es un personaje demasiado plano.
El tipo ese que sale de la calavera, Bob, es un tanto cargante. La policía con la que trabaja, está poco desarrollada y solo se centra en las investigaciones.
Por cierto, eso de que un mago colabore con la policía, tampoco es algo nuevo en el mundo de las ficciones televisivas. Recuerdo vagamente a un tal “Blake”, y recientemente se ha hecho otra que es “El ilusionista”.
Pues lo dicho, es una serie entretenida sin más, y que solo es para verla en verano o en el improbable caso de que no haya otra para ver. Al menos son tan solo 12 episodios de duración estándar y nada más. Si hubiera sido más larga, quizás habría terminado abandonándola.