Esta película está hecha sin duda para remover conciencias, pero conciencias norteamericanas. Un intento de apertura de ojos para que se dieran cuenta de lo estúpida y absurda que fue la guerra de Irak de 2003.
Una injusta ley permitía enviar de nuevo al frente a soldados que ya habían cumplido su servicio. Si uno tenía la suerte de volver vivo y sin amputaciones, le tocaba la lotería para que le pudieran matar otra vez.
El soldado protagonista se niega a ello, y emprende una huida, parando a visitar a algunos amigos. De esta forma se nos muestra el drama de los soldados que vuelven, muchos tocados física y psicológicamente.
Pues de esto va la película, contando con un grupo de jóvenes actores, algunos de los cuales se consagraron después con mejores títulos.
Es un drama patriótica pero que se plantea hasta que punto merece la pena el patriotismo.
Con todo, ni los actores ni el guion van mucho más allá de lo que he contado. Está bien pero no demasiado y es tremendamente fácil de olvidar.