Otra vez vienen los extraterrestres a exterminarnos. Lo hemos visto tantas veces ya en el cine que a lo mejor si pasara en la realidad ni nos asustaríamos.
Las ciudades del mundo asaltadas las vemos por la tele en esbozos. Lo importante es el ataque a Estados Unidos, y en este caso a Los Ángeles. No importa nada más.
El enfoque es absolutamente militar y patriótico. Tanto, que poco importa en el fondo que los malos sean de otro planeta. De hecho, los bichos se ven demasiado poco y siempre en escenas donde la cámara no para de moverse y apenas les enfocan unos segundos. Además, son un poco idiotas y en vez de traerse armas de destrucción masiva, bajan a pie de tierra con infantería y tienen un armamento demasiado convencional. Así que habrá mucha gente a la que no le guste porque lo vea inverosímil (que lo es).
Pero si obviamos eso, la película es bastante entretenida si la consideramos de género bélico más que de ciencia ficción. Una escaramuza en plena ciudad americana en la que hay que rescatar a unos civiles y sacarlos de todo el follón.
Por el camino veremos nuevamente lo valientes que son los soldados de este país y lo que están dispuestos a hacer por su bonita patria. Esto ya es bastante cansino.
Y al final, como siempre, Norteamérica prevalece porque son más valientes, más duros y más chulos que cualquier enemigo al que se puedan enfrentar.
A estas alturas uno ya está curado de espantos y es capaz de divertirse con películas como ésta sin despreciarlas por su mensaje y argumento. Vista desde ese punto de vista, es realmente mala. Pero si desconectamos el cerebro, cogemos un buen tocho de palomitas y queremos ver explosiones y tiros, pues se disfruta. Aunque los bichos sean lo de menos, tiene acción. Creo que hay que valorarla como tal, y ya está.
Por cierto, ¿conseguirá Michelle Rodriguez desencasillarse alguna vez en su carrera?