Si la primera tenía su gracia con sus tremendas idas de olla, aquí las fantasmadas ya son tan bestias que ni siquiera producen gracia. ¿Habrá algo peor que una comedia disfrazada de película seria que está mal hecha a propósito pero que no consigue hacer reír en ningún momento?
No voy a perder el tiempo contando los innumerables momentos de vergüenza ajena de los que está plagada, porque no merece la pena. Lo peor de todo es ver a Mel Gibson y Antonio Banderas caer tan bajo. En sus carreras ya tienen una mancha como mínimo por haber participado en esta especie de parodia de "Moonraker" mal hecha.
Sencillamente, es como si Torrente se mezclara con Austin Powers y trataran de colar como películas serias por su tono y estilo.
No veré la futura entrega en el espacio (si es que llega a haberla).
No me gusta que la crítica quede tan corta, pero menos me gusta dedicar más tiempo a comentar este excremento.