Cualquier comparación con la película de Frank Darabont con Thomas Jane, es contraproducente para esta serie de una única temporada (por cancelación), que nos llega en un año donde hemos tenido adaptaciones de Stephen King por un tubo.
Ya la niebla en sí misma no está demasiado bien hecha. Se han limitado a aplicar un filtro cutre por ordenador, y la sensación de realismo visual es nula. Es muy poco espesa, a mi parecer, y muy falsa.
El episodio piloto no es demasiado bueno. Se tiran casi todo el rato con la obligada presentación de personajes. Pero entre rollos familiares y personales que no le importan a nadie (como lo del personaje gay, por ejemplo), parece claro que ya desde el principio quieren estirar un chicle que no da mucho de sí. No olvidemos que “La niebla” no es una novela (como dicen los créditos), sino un relato relativamente corto que King sacó en un recopilatorio de cuentos de hace muchos años. Y si ya desde el principio parece que no saben cómo rellenar tiempo para alargarla, mal vamos.
Con lo atractiva que era la película, aquí no hay tanta sensación claustrofóbica y los misterios son mucho menos intrigantes.
La verdad es que en el segundo capítulo ya hay algo más de tensión e interés, al menos el suficiente como para querer continuar viéndola. Pero un poco más adelante, la serie se estanca otra vez. Parecen más centrados en contarnos las difíciles relaciones entre unos personajes encerrados por obligación, que en intentar descubrir los misterios de la niebla.
En cuanto a los actores, los conocerán en su casa. Solo reconozco a Alyssa Sutherland, que viene de participar en una de las mejores series del momento (“Vikingos”), para terminar en esta mala producción.
La idea tan buena de King se va estropeando cada vez con más tonterías inventadas, como lo de la polilla, los cuentos de búhos que dicen “que”, “flashbacks”, arañas divinizadas y otras zarandajas varias. Cada episodio solo dedica unos minutos a lo único interesante, y todo lo demás es relleno.
La trama principal avanza muy lenta y apenas pasa nada interesante en cada capítulo.
¿Qué se podía esperar de un creador que se llama Christian Torpe?
No es más que una pérdida de tiempo.