Si fuera solo por mi recuerdo de la película con Saoirse Ronan en la que se basa, no hubiera visto esta serie jamás. El film era aburrido, estaba mal contado y tenía un aire independiente que no me convenció.
Pero la serie, a la que no le haría falta que nos la vendan como un “remake” de aquello, ha tenido mucha promoción en “Amazon prime” y al final he picado a ver qué tal.
El primer episodio es bueno, e interesa lo suficiente para enganchar, contando el origen, educación y entrenamiento de esta chica superviviente y preparada para todo. La joven actriz está creíble, pues además demuestra también estar en la inopia al no haberse criado en la sociedad.
Además, estas secuencias en el bosque no terminan de hacernos ver de forma clara por dónde va a tirar la serie.
Por desgracia, la cosa se queda en el piloto, y hay demasiadas series para ver como para perder el tiempo con esta.
“Hanna” es muy lenta a partir del segundo capítulo, con esa amiga que se echa y que le descubre un poco la feliz vida de los adolescentes. El capítulo, incluso cuando parece que se va a poner interesante, va a su propio ritmo.
Me resulta chocante que Hanna no sepa lo que es un mensaje de texto y sin embargo se desenvuelva perfectamente viajando por Europa sin dinero como si fuera Jason Bourne, pero habiendo pasado sus 15 años en el campo.
Y su personalidad es un poco sosa cuando no está huyendo o luchando. La chica habla menos que Conan el bárbaro. La cosa empieza a pintar muy mal.
El tercer capítulo, centrado en el personaje de Joel Kinnaman, es un tanto aburrido. Para ser de espionaje, las escenas de acción, misiones o emoción, se me antojan muy dispersas. Cuando llegan, están bien hechas pero saben a poco si las comparamos con otras series o películas muy superiores. Hasta las coreografías de peleas de “The punisher” están mejor, independientemente de que “Hanna” no tenga tal violencia.
Cuarto episodio, y hasta aquí llega mi santa paciencia. La lentitud y las escenas que no aportan nada a la trama, lo llenan todo cada vez más como si no supieran rellenar el tiempo.
Su parsimonia es aún mayor que la de “The americans”, por compararla con otra de espionaje. La diferencia es que la serie de Keri Russell al final no aburría tanto como “Hanna” y era aceptable.
Con mi agenda de producciones televisivas pendientes de ver tan llena como siempre, decido abandonarla antes de quedarme dormido.
Mejor me pongo con cualquier otra.