En 1996, Emmerich se hizo un nombre en Hollywood con esta espectacular invasión de extraterrestres a lo bestia. Fue la primera modernización del tema hecha con gran presupuesto y efectos, con un impacto visual muy fuerte de algunas escenas y una campaña de marketing brutal como buena superproducción palomitera.
Está infestada de clichés patrióticos, incongruencias, fallos de guion y de continuidad. Sus actores no son gran cosa, ni siquiera Will Smith, y tiene un humor metido con calzador que en ciertos momentos puede producir vergüenza ajena según los ojos con los que se vea.
Pero luego tenemos las destrucciones de las ciudades por fuego y los vistosísimos combates aéreos con los cazas, así como el plan de incursión a la nave nodriza y la impactante llegada de los ovnis.
Si el cerebro lo ponemos en off, es una de las películas más divertidas de los años 90 por sus efectos especiales. Creo que fue la primera gran película blockbuster tras "Jurassic park" y que abrió la moda de que cada año haya uno o dos grandes estrenos de este tipo. Además, Roland Emmerich empezó a picarse con Michael Bay para ver quién destruye más cosas en cada film.
Mi personaje favorito es el de Jeff Goldblum, que vuelve a hacer de científico como en "Jurassic park" y consigue encontrar el punto débil de estos poderosos alienígenas. Un plan muy absurdo, por cierto. Resulta que el sistema informático de los bichos es compatible con el nuestro.
También toca mitos modernos como el del área 51 o las abducciones, temas muy conocidos por los aficionados al misterio, aunque aquí aparece todo muy de pasada.
El arma de destrucción principal es impresionante y cuando la vi en el cine ya no era niño pero me dio miedo y emoción.
Una película con la que me lo paso muy bien, aunque reconozco que objetivamente no es buena.