Podría haber sido una aburrida y olvidable película de juicios más.
Pero con los dos protagonistas y el director que tiene, es todo lo contrario, más bien es muy buena.
Un caso de discriminación laboral por ser homosexual y tener el SIDA, hace que el protagonista se enfrente al mundo jurídico de Philadelphia. Aunque es abogado y trata de defenderse a sí mismo, termina recibiendo ayuda de otro compañero (Denzel Washington).
Es una película sobre la igualdad de derechos, reflejada en un caso concreto.
Pero me parece mucho más importante la parte dramática y humana. El desconocimiento de la transmisión de la enfermedad hace que injustamente este hombre esté condenado a muerte y ganar el juicio se convierta en su único objetivo antes de terminar.
Antonio Banderas sale muy poco, pero en esta época ya empezaba a triunfar en Hollywood por lo buen actor que ha demostrado ser. Sus breves escenas con Hanks son muy emotivas.
La escena de la música de María Callas es brutal. Puede llegar a emocionarnos fácilmente la actuación de Hanks. Su interpretación manifiesta que está viviendo un efímero momento de felicidad, de sentirse vivo y olvidar sus graves problemas a pesar de estar muriéndose. Sin duda es la mejor escena de toda la película.
En cuanto al director, creador de esa obra maestra llamada "El silencio de los corderos", jamás volvió a ser tan brillante con sus películas posteriores (hasta ahora), pero se nota su buena mano. Claro que con este argumento y estos dos grandes actores, la verdad es que lo tenía bastante fácil.
O puede que no tanto, porque la mayor parte de la película son las sesiones del juicio, y siempre es difícil hacerlo ameno.
Por cierto, muy buena la canción de Bruce Springsteen con esas imágenes de la ciudad. Nunca he sido seguidor de "el jefe" pero el tema se sale de bueno.