La película retoma esas aventuras clásicas de exploración del mundo en el siglo XIX, que aun siendo hechos históricos, me recuerdan el sabor de las novelas clásicas de autores como Julio Verne o Rudyard Kipling (lo cual en este caso no es ninguna casualidad).
Un pequeño grupo de viajeros británicos llega a la zona de Borneo para conocer el país y las costumbres de sus habitantes, hasta que uno de ellos se termina enamorando y adquiriendo la condición de rey.
La pareja de actores protagonistas es buena, pero la película en sí está un tanto desaprovechada.
Quitando algunos bellos paisajes, echo en falta un mejor diseño de producción, y sobre todo un guion con algo más de aventura y épica.
No es aburrida ni mala, pero en general me sabe a muy poco y creo que debería haber estado mejor.
Incluso el tema del choque de culturas y la ambición colonialista no está explotada demasiado bien.
Simplemente, es un film pasable en el que no hay mucha emoción y todo es muy tranquilo. Siempre que parece que se va a poner mejor, vuelve pronto a su lento ritmo.
A pesar de eso, se deja ver y entretiene mientras dura, sin llegar a cansar mucho. Pero creo que se me olvidará muy pronto. Sin duda, la de Sean Connery y Michael Caine está bastante mejor.